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BĒ Inspiración

Con y sin mesura

By diciembre 18, 2019No Comments

Ya vienen los reyes, con el aguinaldo; y pero mira como BEBEN los peces en el río; y noche de paz, noche de amor; porque luego, yo me remendaba, yo me remendé… Y así, la Navidad está llena de clásicos y de celebraciones, de derroches y de brindis. Nos hacen falta pocas excusas, a nosotros los mediterráneos, para juntarnos y celebrar en torno a una mesa con abundante y sabrosa comida y bebida. De hecho, según el estudio de 2019 presentado por Deloitte sobre Consumo Navideño, los hogares españoles tendrán un gasto superior a la media europea en alimentación.

Recomendación profesional

Estos días son así, pero tenemos que tener cuidado porque estos encuentros y “desencuentros” pueden tener consecuencias directas en nuestra salud. La Sociedad Española de Endocrinología Nutrición alerta de que los españoles engordamos de dos a cuatro kilos (sí, sí, de 2 a 4 kilos), durante estas fiestas. Para evitar que las Navidades nos pesen, los profesionales recomiendan:
• Incluir en el menú todos los grupos de alimentos
• Apostar por la dieta mediterránea, menús más saludables, con más verduras y legumbres, y fruta de postre
• Calidad versus cantidad
• No saltarse el desayuno, aunque nos levantemos tarde
• Mejor pescado que carne
• Equilibrar los excesos con comidas más livianas
• Cocinado sencillo y con aceite de oliva
• Los dulces, mejor pocos y de forma ocasional.

Desperdicio alimentario

Otro aspecto a tener en cuenta es que estos excesos conllevan un desperdicio alimentario alarmante. España es el séptimo país de Europa que más comida desperdicia después de Reino Unido, Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. Los hogares españoles tiran a la basura 1.335,9 millones de kilos de alimentos al año, 25,5 millones semanales y unos 3,7 millones de kilos diarios, según el informe elaborado por Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente sobre la cuantificación del desperdicio alimentario.

Cambios de comportamiento

Ante estas cifras, reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos no es solo responsabilidad de las administraciones y de la industria, sino que es un problema común, que requiere esfuerzos conjuntos. Pueden sonar obvios, pero unos cambios mínimos en el comportamiento de los consumidores, pueden ser muy significativos para evitarlo y mejorar la economía doméstica:
• Pensar y planificar los menús con antelación
• Cocinar las raciones necesarias y razonables
• Evitar latas y plásticos
• Guardar y reutilizar las sobras una vez se haya terminado de comer
• Evitar comer en exceso

Siguiendo estas pautas conseguiremos una producción y consumo más responsables, además de malgastar menos recursos naturales, generar menos residuos de envases y embalajes y seremos más activos en la protección del medio ambiente.

Conclusión

A pesar de correr el riesgo de parecer el Grinch, estos días hay que consumir, comer y beber con mesura. Lo que hay que hacer sin mesura es: disfrutar, reír y descansar.

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