Esta semana el argumento de película de espías ha sustituido a las tramas distópicas pandémicas que tan entretenido han tenido a medio mundo durante los últimos dos años. En este principio de mayo, se diría que si “Pegasus” no ha entrado en tu móvil no eres nadie. Y, de momento, el director de la OMS, Tedros Adhanom, es el único del sector sanitario del que hay constancia de que ha sido espiado. En suma, la sanidad y la pandemia han pasado a un segundo plano de momento, aunque se sigue mirando de reojo a China y a sus confinamientos masivos, así como a las nuevas variantes de Covid-19 detectadas.
Viva Honduras
En los últimos días, la ministra de Sanidad ha hecho un viaje oficial a Honduras. Habría que remontarse a tiempos prepandémicos para recordar el último viaje de este tipo de un ministro de Sanidad, dejando al margen compromisos con las instituciones europeas. La visita, de cinco días de duración, ha sido “tremendamente fructífera”, en palabras de Darias, y ha servido para formalizar la donación de más de 250.000 vacunas pediátricas frente a la Covid-19, así como equipos médicos para el control de la desnutrición y hasta para exportar protocolos de vuelta a las aulas. Una muestra más del deseo de pasar página con la pandemia.
La Sanidad, otra vez por debajo del 7% del PIB
Otra muestra menos amable de la voluntad para sacar la Sanidad del primer plano político está en el Programa de Estabilidad 2022-2025, que en los últimos días el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea. Se trata de los “deberes” que pone Bruselas para asegurar que los Estados miembros de la UE no se exceden en el gasto. Y, desde luego, no parece que lo vayan a hacer en materia sanitaria. En 2022, la Sanidad representará el 7,1% del PIB, que ya está por debajo de lo invertido en 2021, segundo año de la pandemia. Pero la previsión es que la partida baje aún más desde 2023 (6,8%) y hasta 2025, cuando llegará al 6,7%. Lejos quedó el 7% prometido por el presidente al inicio de la Legislatura y recogido en el pacto de Gobierno entre PSOE y Podemos. Habrá que ver si estas tres décimas se convierten en un escollo entre los socios del Ejecutivo.
