Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha importante en la lucha contra el tabaquismo, hábito que causa 8 millones de muertes al año en todo el mundo[1], y que en Europa es responsable de más del 82% de los cánceres de pulmón diagnosticados[2].
A pesar de un descenso sostenido del índice de consumo de tabaco durante estas dos últimas décadas gracias a las políticas de control implementadas por los distintos países, 1250 millones de adultos siguen consumiendo tabaco en el mundo, según los cálculos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con las regiones de Asia Sudoriental y de Europa, a la cabeza.
En regiones como Europa, que se prevé tendrá la tasa más elevada en 2030, con una prevalencia ligeramente superior al 23%, la reducción del consumo se está ralentizando en parte debido al surgimiento de los cigarrillos electrónicos y demás nuevos productos derivados del tabaco y la nicotina, que tienen gran aceptación entre los jóvenes, a pesar de representar una gran amenaza para su salud.
Por ello, en el Día Mundial Sin Tabaco de este año, la Organización Mundial de la Salud ha decidido centrar su mensaje en amplificar las voces que solicitan protección a los gobiernos para evitar que los menores sean objetivo de la industria del tabaco y la nicotina, bajo el lema “Proteger a los jóvenes de la interferencia de la industria tabacalera”.
Según el informe titulado “Enganchando a la próxima generación”, que acaba de presentar la OMS, “la industria del tabaco y la nicotina diseña productos, pone en marcha campañas de mercadotecnia y trabaja para configurar unos entornos de políticas que les ayuden a crear adicción entre los jóvenes del mundo”. Un informe que además revela cifras muy preocupantes, como la estimación de que en el mundo hay unos 37 millones de niños de entre 13 y 15 años que consumen tabaco, y que señala que en muchos países la tasa de uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes supera a la de la población adulta.
Si nos centramos en España, los datos son alarmantes también. De acuerdo con la última Encuesta ESTUDES de 2023, elaborada por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y presentada hace unos meses, más de la mitad de los escolares de 14 a 18 años -el 54,6%- ha consumido alguna vez cigarrillos electrónicos, una cifra que se ha ido incrementado más de 10 puntos porcentuales desde 2021 y es la mayor registrada en la serie histórica.
“No solamente hay vapeadores con forma de personajes conocidos de cómic o de dibujos animados, es que algunos están hechos de tal manera que se confunden con material escolar. Tienen forma de subrayadores, sacapuntas… no hace falta ser muy perspicaz para pensar que esto está hecho para atraer a los menores, desde edades tempranas, y también para que se camuflen a la vista de los educadores”, advertía hace unos días la Dra. Carmen Fidalgo, secretaria de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Dadas las dimensiones que está tomando el fenómeno del vapeo entre los adolescentes y también entre niños más jóvenes, la OMS recomienda, entre otras cosas, crear lugares públicos cerrados 100% libres de humo, prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, la mercadotecnia, la publicidad y la promoción, incrementar los impuestos, aumentar la concienciación pública sobre las tácticas engañosas que utiliza la industria y respaldar las iniciativas de educación y concienciación dirigidas por y para los jóvenes[3].
En BERBĒS, como agencia especializada en salud, nos unimos a las recomendaciones de las sociedades científicas tras el Día Mundial sin Tabaco, en especial, aquellas centradas en los más jóvenes.
[1] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tobacco
[2] Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer – Código Europeo Contra el Cáncer
[3] https://www.who.int/es/news/item/23-05-2024-tobacco-and-nicotine-industry-tactics-addict-youth-for-life