Hoy se celebra la Conferencia de Presidentes, en la que se reúnen el presidente del Gobierno y los de las Comunidades Autónomas. En un contexto en el que la mayor parte de las CC AA están gobernadas por fuerzas políticas distintas a las del Ejecutivo central, y al tratarse de un foro especialmente sensible, por tratar asuntos económicos, no ha sorprendido a nadie que la cita llegue marcada por la polémica. En los días previos, los presidentes de las autonomías gobernadas por el Partido Popular amenazaron con el plante si no se aceptaba la agenda que proponían, en la que la sanidad y su financiación tenían un peso específico, pero, finalmente, el Gobierno aceptó. Como consecuencia, los presidentes hablarán hoy de la dotación de recursos humanos del Sistema Nacional de Salud, un tema candente en un momento en el que las regiones se disputan a los médicos y enfermeros. Y, cómo no, la estrella de la reunión será el debate sobre la reforma de la financiación autonómica, que es también un debate sanitario, pues la sanidad se lleva buena parte del presupuesto de los gobiernos regionales. En este punto, sería una enorme sorpresa y no es previsible que haya ningún acuerdo.
Los que sufren también marcan la agenda política
Con permiso de los grandes temas macroeconómicos sanitarios, otros asuntos más “pequeños”, pero que tienen un gran impacto en quien los sufre, se van haciendo también un hueco en la agenda política y sanitaria. Estos días hemos visto un ejemplo con la noticia de una niña a punto de morir, en cuidados paliativos, y de un médico al que no se le permitía atenderla fuera de su horario laboral. Ha ocurrido en el País Vasco y, ha sido tanta la repercusión y las críticas al consejero vasco de Salud, Alberto Martínez -que no tiene su mejor semana– que no ha tardado ni un día en rectificar y prometer un protocolo para que estos pacientes puedan recibir asistencia al final de su vida por un equipo profesional las 24 horas. Algo similar al plan de choque que ha anunciado la ministra de Sanidad, Mónica García, también esta semana, sobre los pacientes de ELA. Esta cruel enfermedad ha conseguido llamar la atención de los políticos en los últimos tiempos, gracias en parte al activismo de los propios afectados que, si bien en el pasado estaban invisibilizados, hoy cuentan con las redes sociales como plataforma para reivindicar sus derechos y los de sus familias, y denunciar los elevadísimos desembolsos que tienen que realizar sólo para contar con los cuidados necesarios para mantenerse vivos.