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En un entorno donde la información médica es abundante, comprender cómo el cerebro procesa los mensajes es crucial. La neurociencia aplicada a la comunicación en salud, o neurocomunicación, ofrece herramientas para diseñar mensajes más efectivos, empáticos y adaptados tanto a pacientes como a profesionales sanitarios.

¿Qué es la neurocomunicación?

La neurocomunicación es una disciplina que estudia cómo los procesos neurológicos influyen en la manera en que las personas se comunican y perciben mensajes. Integra conocimientos de neurociencia, psicología y comunicación para comprender cómo el cerebro humano procesa la información y responde a los estímulos comunicativos, según César Del Castillo, periodista y coordinador general de la carrera de Periodismo en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Principios clave de la neurocomunicación en salud

  • Atención: El cerebro filtra la información para concentrarse solo en los estímulos relevantes evitando el ‘ruido’ constante. En el contexto de la salud, captar la atención del paciente o profesional sanitario requiere mensajes claros, concisos y visualmente atractivos para destacarse entre toda la información.
  • Emoción: Las emociones desempeñan un papel fundamental en la toma de decisiones. Los mensajes que evocan emociones positivas pueden mejorar la receptividad y la adherencia a tratamientos. Por ejemplo, en campañas de vacunación, los mensajes enmarcados en beneficios de vacunarse generan una respuesta más favorable que aquellos centrados en los riesgos de no vacunarse.
  • Memoria: La repetición y la asociación con experiencias personales fortalecen la retención de información. Utilizar narrativas o historias relacionadas con la vida cotidiana puede ayudar a que los mensajes de salud sean más memorables, como señala este análisis sobre divulgación en salud.

Diferencias en la comunicación para pacientes y profesionales sanitarios

  • Pacientes: Requieren información comprensible, empática y relevante para su situación personal. La comunicación debe centrarse en fomentar la confianza y motivar comportamientos saludables.
  • Profesionales sanitarios: Necesitan información precisa, basada en evidencia y que respete su experiencia y conocimientos. La comunicación debe facilitar la toma de decisiones clínicas y la actualización continua.

Aplicaciones prácticas de la neurocomunicación en salud

  • Campañas de salud pública: Incorporar enfoques centrados en los beneficios —en lugar de los riesgos— y apelar a emociones positivas puede hacer que los mensajes sean más persuasivos y movilicen mejor a la acción.
  • Educación al paciente: Utilizar materiales visuales y narrativas que conecten con las experiencias del paciente puede mejorar la comprensión y la adherencia al tratamiento.
  • Formación de profesionales sanitarios: Incorporar principios de neurocomunicación en la formación puede mejorar las habilidades de comunicación clínica y la relación con los pacientes.

Conclusión

La integración de la neurociencia en la comunicación en salud ofrece una vía prometedora para mejorar la efectividad de los mensajes dirigidos tanto a pacientes como a profesionales sanitarios. Al comprender cómo el cerebro procesa la información, las agencias de comunicación, como BERBĒS, especializada en salud, pueden diseñar estrategias más efectivas y empáticas que contribuyan a mejorar la salud de la población.

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