Anuncios en positivo. Medidas efectivas que cuenten con el respaldo popular. Soluciones para problemas difíciles. Y, si es posible, que esas soluciones sean fáciles. Éstas son las pautas que guían a los políticos populistas y, quizá, a la mayoría de los políticos de todo signo. Quizá sea comprensible en términos electorales, pero el peligro llega cuando este “mantra” se pone por encima de la salud. Es lo que parece haber hecho Donald Trump. Después de situar a un antivacunas como Robert Kennedy Jr. al frente de la sanidad en su país, ha recibido críticas y ha generado alarma por la posibilidad de que sus políticas supongan un problema para la salud pública. Esta semana muchos se echaron las manos a la cabeza cuando se supo que ambos -Trump y Kennedy- harían un anuncio sobre el autismo. En esta ocasión, sin embargo, no hablaron de vacunas. Donald Trump parecía tener ganas de dar una buena noticia por una vez y, en su lugar, aseguró que han descubierto -como queriendo decir que en lo que lleva en la Casa Blanca ha puesto a los investigadores a trabajar- que el paracetamol en el embarazo puede causar autismo. Pero, no debemos preocuparnos, sólo hay que dejar de tomarlo. Para quien tiene ya un hijo con este trastorno del neurodesarrollo, el presidente también tiene algo que contar: hay un medicamento, la leucovorina, que funciona.
El único problema de este plan sin fisuras de Trump es que la evidencia científica no demuestra, ni lo uno, ni lo otro.
Preservativos gratis frente a Estatuto Marco
En España, Mónica García, ministra de Sanidad también ha querido dar alguna buena noticia esta semana. Es lo que intentó hacer en su Desayuno Sociosanitario de Europa Press, donde anunció preservativos gratis para los adolescentes y jóvenes de hasta 22 años. Este anuncio, sin embargo, no evitó que se viera asediada a preguntas sobre temas más espinosos. Como el Estatuto Marco, que sigue teniendo atragantado. Tanto, que incluso tuvo que mandar una aclaración “ante interpretaciones erróneas” difundidas por el sindicato CESM.
