La crisis abierta por los retrasos en las pruebas para la detección precoz del cáncer de mama en Andalucía dista de estar cerrada, pese a haberse cobrado ya un relevo en la Consejería de Salud. Por un lado, en Sevilla, la polémica esta semana ha girado en torno a la presunta desaparición o modificación de historiales médicos de pacientes. De acuerdo con la asociación de pacientes de cáncer de mama Amama, se habrían cambiado términos como lesión “sospechosa” a “probablemente benigna”. El consejero de Salud, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, al que, recién nombrado, ya le salpica todo lo relacionado con este caso, afirmó que se trataba de una incidencia informática, ya resuelta. Por el camino, ha dimitido también esta semana el jefe de Radiodiagnóstico del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Pero la crisis no se ciñe ya sólo a Andalucía. La ministra de Sanidad pidió a las CC AA sus datos de cribados; las gobernadas por el PP se negaron. Y en medio de las acusaciones de falta de transparencia, no paran de publicarse informaciones sobre problemas, errores y omisiones en relación a estas pruebas en otras CC AA. La última, Castilla-La Mancha.
Barómetro sanitario: cinco meses para una colonoscopia
En estos días en los que los cribados son el centro de atención en la información sobre salud, el Ministerio de Sanidad ha publicado datos de la segunda oleada del Barómetro Sanitario 2025. La macro encuesta que realizan el Ministerio de Sanidad y el CIS arroja algunos datos positivos para el Sistema Nacional de Salud, como que se mantiene la tendencia de la ciudadanía a confiar en la sanidad pública cuando el problema de salud es grave. Incluso, de quienes tienen un seguro sanitario privado, seis de cada diez consideran que recibirían un mejor tratamiento en un hospital público. Sin embargo, la encuesta también arroja algunos datos nuevos y sorprendentes. Por primera vez, recoge información sobre la realización de pruebas diagnósticas por un nuevo problema de salud, y el tiempo transcurrido entre la indicación médica y la realización de la prueba. Aunque no hay datos previos para comparar, las cifras registradas parecen, al menos, mejorables en pruebas a veces decisivas, como una resonancia magnética, para la que hay que aguardar 117 días y, sobre todo, una colonoscopia, 158 días (cinco meses).



