Octubre es el mes de la lucha frente al cáncer de mama y, en Andalucía, este año se han enterado bien. No han hecho falta las campañas que empresas y organismos públicos y privados lanzan cada año por estas fechas. El origen de que este tipo de cáncer haya sido ‘trending topic’ está en un error que ha podido ser fatal para algunas mujeres y que también se ha cobrado una víctima política: la ya exconsejera de Salud, Rocío Hernández. Su inadecuada gestión del escándalo por las equivocaciones y falta de información en los cribados (mamografías), junto con las acusaciones de “falta de empatía” con las pacientes han llevado a protestas multitudinarias y a que la crisis saltara de los medios locales a los nacionales. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, muy buen conocedor de la Sanidad (antes que ‘barón’ fue número 2 del Ministerio de Sanidad), zanjó -o quiso zanjar- el miércoles la situación con el anuncio de una “dimisión” que más parece un cese, la de Hernández, y muy pocas palabras de cariño hacia ella. A la espera de sustituto -no será fácil encontrar el perfil idóneo-, es el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, el que se hace cargo, en funciones, del mayor servicio autonómico de salud de España, el SAS, que también sufrirá una “profunda” remodelación, en palabras de Moreno. La Sanidad ha sido el mayor quebradero de cabeza del presidente andaluz durante su mandato, y el próximo será su cuarto consejero en esta cartera.
Sanidad y Asuntos Sociales para dar la batalla política
Al margen de Andalucía y la tormenta político sanitaria de la semana, el Gobierno estos días ha decidido hacer bandera de la política social -en su concepto más amplio, de Educación, Sanidad y Asuntos Sociales- para sacar pecho y confrontar con la oposición. La ministra de Sanidad, junto con la de Ciencia y Universidades, se han puesto manos a la obra y el martes comparecieron en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para hablar de asuntos varios. Las aportaciones de Sanidad fueron las siguientes: una ayuda para gafas y lentillas de menores de 16 años; otra aportación para crear plazas de Medicina en Universidades Públicas; un informe sobre el aborto en la sanidad pública y, el único punto que incluye una modificación legislativa relevante (sin pasar por el Parlamento, por si acaso): un decreto que regula el uso medicinal del cannabis, aunque “a futuro”, pendiente de lo que digan próximos estudios científicos, pues no especifica para qué dolencias se podrá usar esta sustancia. En definitiva, ‘topics’ todos ellos de los que el Gobierno está dispuesto a hablar y para los que tiene respuestas preparadas si le preguntan. Veremos si el foco informativo en los próximos días se dirige a estos asuntos, como espera el Ejecutivo.