La comunicación como clave para proteger y promover la salud y el bienestar laboral fue el lema de las jornadas organizadas recientemente por la delegación aragonesa de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom), en colaboración con la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Aragón. El encuentro puso sobre la mesa la importancia de una comunicación interna eficaz como herramienta estratégica para cuidar la salud física, emocional y organizacional de las personas en las empresas. Un mensaje especialmente oportuno en un momento en que el bienestar laboral ha escalado posiciones en las prioridades de las compañías y se ha convertido en un factor crítico para la sostenibilidad y reputación corporativa.
Durante estas jornadas, profesionales de diferentes compañías compartieron experiencias concretas sobre cómo integrar la comunicación en sus estrategias de salud y prevención laboral. Con ello se puso de relieve cómo una comunicación constante, clara y emocionalmente conectada puede traducirse en cambios reales de comportamiento, mayor seguridad y mejora del clima laboral.

Según la guía publicada por DIRSE y DKV en 2024, el 42 % de las empresas del IBEX35 ya incluyen la salud y el bienestar de sus empleados en sus mapas de riesgos, conscientes de que el absentismo, el estrés o un entorno laboral tóxico pueden suponer un riesgo reputacional y económico tanto o más relevante que otros factores tradicionales. De ahí que diseñar planes de salud que contemplen la comunicación, la escucha activa y la cocreación de medidas con los propios equipos sea imprescindible para afrontar el actual entorno laboral, marcado por la digitalización, el teletrabajo y la transformación cultural.
Uno de los mensajes más repetidos en las jornadas fue que comunicar bien no es solo informar. La verdadera comunicación interna genera espacios bidireccionales, permite la participación, combate los rumores y previene la desinformación que tanto daño hace al clima laboral. Por eso, se recomienda empezar por un diagnóstico riguroso que mida cómo perciben los empleados a sus líderes, si confían en la información que reciben y qué canales utilizan realmente. A partir de ese análisis, se deben definir objetivos concretos —como reducir niveles de estrés o aumentar la motivación—, y diseñar acciones medibles en tiempo y recursos.
El manual de comunicación interna elaborado por Dircom insiste en que la función del comunicador interno es cuidar de las personas. No basta con trasladar mensajes corporativos, sino que es necesario reconectar vínculos, recuperar la confianza y profesionalizar la función. Las organizaciones que logran integrar la comunicación en sus estrategias de salud laboral reportan beneficios tangibles: empleados más comprometidos, menor rotación, descenso del absentismo y mejoras en productividad. Además, la comunicación emocional, aquella que reconoce, escucha y genera sentido de pertenencia, contribuye a reducir la incertidumbre, especialmente en contextos de cambio o crisis.
Uno de los aspectos mejor valorados en estas jornadas fue la incorporación de la comunicación preventiva como parte de la cultura corporativa. Esto implica no solo comunicar cuando hay una incidencia o una nueva normativa, sino formar a los líderes en habilidades comunicativas, establecer normas de uso de los canales internos, crear espacios de participación y evaluar continuamente el impacto de estas acciones.
La conclusión es clara: en un entorno laboral cada vez más complejo y cambiante, las organizaciones que sitúan la comunicación como pilar de su estrategia de bienestar logran mejores resultados y empleados más sanos, motivados y comprometidos. Como se afirmó en estas jornadas, comunicar es cuidar. Por eso, revisar los planes de comunicación interna y adaptarlos a las nuevas realidades psicosociales no es una opción, sino una necesidad.
En BERBĒS ayudamos a nuestros clientes a diseñar e implementar estrategias efectivas de comunicación interna que favorecen entornos de trabajo saludables, cohesionados y sostenibles.