El “día de la liberación”, según el presidente de EE UU, Donald Trump, fue el pasado miércoles. Según su explicación, hasta ahora los demás países -amigos y enemigos- han “estafado” a los norteamericanos, pero no lo harán más porque ha decretado unos aranceles, variables por países, pero muy altos en todo caso, que ya han sacudido la economía mundial. En el caso de la UE, del 20%. Lo que para Trump es “liberación”, para el resto del planeta -incluidos sus propios conciudadanos- puede ser un caos. Tal y como han advertido economistas de dentro y fuera de sus fronteras, el impacto negativo será inmediato, y afectará también a EE UU. Por sectores en Europa, tal y como ha advertido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, los más afectados serán la alimentación, el transporte, y también los medicamentos, que se encarecerán. Por un lado, esto perjudica a los pacientes de todo el mundo, que tendrían un acceso más limitado a tratamientos esenciales -especialmente en países sin cobertura sanitaria pública, como EE UU-. Por otro lado, las compañías farmacéuticas estadounidenses podrían perder competitividad. Veremos cómo enfrentan Farmaindustria y la Efpia, que aún no han hecho pública una posición común, esta crisis.
La reforma de la Ley de Garantías, cerca de su tramitación
Dentro de nuestras fronteras, la reforma de la Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento, que salió del Ministerio de Sanidad hace ya varios meses, está a punto de ir al Consejo de Ministros e iniciar su tramitación parlamentaria, pero no acaba de dar el paso. Hacienda lo ha tenido retenido en lo que va de 2025, aunque algunas informaciones apuntan a que el Gobierno dará luz verde a su paso al Congreso en la reunión del próximo martes. Habrá que ver si es así, y si, cuando llegue, el difícil equilibrio parlamentario permite sacar adelante un texto que despierta la máxima expectación en el sector.