Hoy es 8-M, el Día Internacional de la Mujer. Para el sector de la Salud, con una presencia femenina fuerte y sostenida es, sin duda, una de las fechas más señaladas en el calendario, y así lo ha atestiguado la ministra de Sanidad, Mónica García, esta semana en la presentación de la OMC sobre mujer y profesión médica. Algunas cifras dan idea de ello: 13 de las 15 profesiones sanitarias tienen más mujeres colegiadas que hombres. En la más numerosa, la Enfermería, representan más del 84% y en otras, como la logopedia, el 93%. En Medicina, son mayoría ya desde hace al menos siete años, y en la actualidad suponen el 53%. Si miramos al alumnado de esta carrera, más del 70% son mujeres. Durante unos años, los expedientes más brillantes -números 1 del MIR- parecían reservados a los hombres, pero en los últimos, eso ha cambiado y la primera en el examen de los médicos residentes de este año ha batido todos los récords. En cuanto a la administración, el 75% de los ministros del ramo desde principios de este siglo han sido mujeres (12 de 16), algo que ya no es noticia en una cartera ministerial cuya primera titular, allá por los años 30 del siglo pasado, fue una mujer, Federica Montseny. Más allá de estas cifras, subyacen desigualdades y roles asumidos que parecen más difíciles de cambiar. Si bien las mujeres en Medicina son mayoría, las especialidades donde son mayoritaria siguen siendo las dedicadas a cuidados de mujeres e infancia, como Ginecología y Pediatría. En cambio, son aún minoría en especialidades quirúrgicas, como la Cirugía Plástica, que cuenta con el menor porcentaje de cirujanas (sólo una de cada cuatro especialistas). Y si bien en el Ministerio están más que acostumbrados a tener una jefa, en las consejerías de Sanidad (donde se toman las decisiones y se gestiona el presupuesto), a día de hoy, no llegan a ser mayoría entre los consejeros.