La palabra “gripalizar” no figura en el diccionario de la Real Academia Española, pero, si 2022 sigue como ha empezado, es firme candidata a convertirse en uno de los neologismos que cada año la RAE incluye en su nueva edición. Enero ha sido casi siempre el mes en el que se alcanza el nivel epidémico de la gripe estacional, pero los últimos tres han sido atípicos: en 2020, cuando ya se empezaba a hablar del “nuevo coronavirus”, había quien lo comparaba con una gripe; en 2021, en pleno pico de la segunda ola, el virus de la influenza casi desapareció, ante el avance de la Covid-19. Y en este 2022, con la gran mayoría de la población vacunada, pero con la incidencia de Ómicron disparada, la estrategia de muchos gobiernos, entre ellos, el de España, pasa precisamente por “gripalizar” o avanzar “hacia una situación endémica”, como señaló esta semana el presidente del Gobierno.
El culebrón Djokovic
Más allá de la situación en España, una de las caras de esta fase de la pandemia en las últimas semanas ha sido la del serbio Novak Djokovic, número uno del tenis mundial, que a estas alturas permanece pendiente de si Australia le deporta. ¿Los motivos? Primero, no estar vacunado ni contar con “pasaporte covid”; después, la acusación de mentir en su formulario de ingreso al país… y de fondo, un positivo el 16 de diciembre tras el que se le pudo ver en una entrevista cara a cara, en una entrega de premios y haciendo deporte en Marbella. El meme que ha circulado en este principio de año, con el juego de palabras con su nombre “No Vac, Yo Covid”, lo dice casi todo. Su caso ha estado a punto de provocar un conflicto diplomático, una muestra más de que la pandemia extiende su influencia a todos los ámbitos, incluido el deporte y la política.
Relevos en dos Consejerías de Sanidad por Navidad
Las pasadas Navidades han dejado dos relevos en Consejerías de Sanidad. Además, de dos de las pocas responsables del área que quedaban desde el inicio de la pandemia, pues la Covid-19 se ha llevado políticamente a muchos de los consejeros/as que comenzaron a lidiar con este reto. La primera cesada fue la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado. La que fuera nombrada mejor médico de familia del mundo antes de su salto a la política, tuvo que dejar el cargo tras la convocatoria electoral y la ruptura del Gobierno de PP y Ciudadanos, y fue sustituida por Alejandro Vázquez. La segunda, la riojana Sara Alba, llegó al turrón, pero no al roscón en la Consejería de Salud, por diferencias con la presidenta autonómica y ha sido sustituida esta semana por María Somalo.