Semana de bienvenida para un nuevo miembro del Consejo Interterritorial. Alberto Martínez, jefe de Anestesiología del Hospital de Cruces durante más de dos décadas, es el nuevo titular de Salud del País Vasco. Tras su toma de posesión, en la que prometió revitalizar la Atención Primaria y recuperar el prestigio de Osakidetza, el mapa de consejeros y consejeras queda configurado con algunas tendencias claras:
- Es el CISNS más “novato” que se recuerda. Con la excepción del veterano consejero de Castilla-La Mancha, que fue nombrado en 2015, la mayoría no lleva ni un año en el cargo, y sólo dos llevan dos años.
- El mapa se masculiniza. Aunque la sanidad y todas sus profesiones son eminentemente femeninas, en los últimos tiempos se consolida la tendencia a nombrar más responsables políticos hombres en las consejerías. Con la llegada de Martínez, son 10 hombres y 7 mujeres.
- Profesionales sanitarios. Con la única salvedad de la consejera de La Rioja, ingeniera de profesión, todos son profesionales sanitarios por formación y ejercicio: 13 médicos, 2 enfermeros y una psicóloga. Esto puede dar idea de un perfil tecnócrata y menos “político”, aunque la realidad es que en todos los casos, el consejero/a es una persona de la máxima confianza del presidente autonómico, pues se trata de una cartera clave que maneja una gran partida presupuestaria.
El modelo catalán, víctima “colateral” de la guerra contra la privada
En la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles en el Congreso, una pregunta acaparó la atención sanitaria, pero también, en parte política. Se trata de la cuestión que planteó la diputada de Junts Pilar Calvo a la ministra Mónica García. Calvo teme que la idea de García de legislar para poner coto a la colaboración público-privada en sanidad se lleve por delante el “modelo catalán”, con una larga tradición de acuerdos con la privada. En concreto, señaló que Cataluña puede convertirse en “víctima colateral” de la “guerra” de la ministra de Sanidad contra Isabel Díaz Ayuso. En el Gobierno miran con recelo esta cuestión, pues con la situación política en Cataluña por definirse este verano, es un momento complicado para levantar más ampollas en las filas de Junts.