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Muchas de las personas que trabajamos en las agencias de comunicación somos periodistas, de formación y de profesión. Otros vienen de la Publicidad o el Marketing. En cualquier caso, todos estamos obligados a convertirnos en periodistas o, al menos, empatizar con ellos, para ser eficaces a la hora de trasladar los mensajes de nuestros clientes. No sólo se trata de encontrar un enfoque atractivo para escribir una nota de prensa, sino también de hablar su mismo “idioma” a la hora de enviársela, tener en cuenta sus tiempos, sus horarios y la actualidad que puede condicionar su respuesta.

Por su parte, la mayoría de quienes ejercen en los medios de comunicación están “condenados” a entenderse con las agencias y los gabinetes de prensa de entidades públicas y privadas. Hay quien piensa que “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. Sin embargo, hasta los más fieles a esta cita atribuida a George Orwell tendrán que admitir que, incluso para publicar lo que alguien no quiere, debes contrastar con su departamento de Comunicación. Además, Orwell vivió en una época en la que la exigencia de generación de contenidos constante no era la de ahora.

Por tanto, unos y otros debemos entendernos. Pero es evidente que lo que no necesitan ni quieren los periodistas es tener la bandeja de entrada llena de notas y convocatorias en las que no tienen ningún interés, ni ser interpelado por distintas vías (teléfono, whatsapp, telegram, perfiles en redes personales, etc.) a deshoras y sin filtro. Tampoco los profesionales de las agencias pueden hacer imposibles en domingos y fiestas de guardar porque un programa de radio o un diario se interese en ese momento por la información que se envió una semana antes. Ante esta búsqueda de sinergias no siempre encontradas, pueden ser de ayuda algunas recomendaciones basadas en los más de 28 años de experiencia de BERBĒS como agencia de comunicación especializada en salud.

  • Encuentra una propuesta para cada periodista. Los envíos masivos a veces son necesarios, pero es mejor insistir sólo cuando el perfil de informador encaje con la información que queramos trasladar. No sólo por tipo de medio, sino por su posición en el mismo, intereses, sensibilidad…
  • Para lo anterior es imprescindible conocer a los periodistas. Y eso no equivale a tener sus nombres en un Excel, sino a trabajar una relación de confianza, cuando no de compañerismo o amistad. También a la inversa, entre periodista de un medio y profesionales de agencia. Cuanto más hablen y compartan intereses y proyectos, más fácil será acertar en una demanda de información.
  • Coge el teléfono a los periodistas. Siempre que se pueda, es necesario atenderles o devolver la llamada. Quizá el consejo de comunicación más sencillo y uno de los más efectivos. Válido también para otros profesionales, empresarios o políticos. Y a la inversa, siempre que sea posible. Si haces este pequeño esfuerzo, la respuesta cuando seas tú el que llames será mucho más positiva.
  • No seas un “marciano” que no se entera de lo que pasa a su alrededor. Aunque lleves semanas enfrascado en la elaboración de esa nota de prensa tan técnica, sé consciente de que una noticia de alcance puede hacerte cambiar los planes. No vivas de espaldas a la actualidad.
  • El último consejo es que no te enfades con los compañeros. Y este sí que es bidireccional. No te amargues la vida porque lleves toda la tarde llamando para hacer seguimiento de una convocatoria y la persona que te coja el teléfono en una redacción no sea la que esperas o necesitas. Tampoco porque te llamen cada tarde para preguntar si has recibido convocatorias a la hora en la que preparas el cierre. Ambos lleváis muchas horas de trabajo, en ocasiones, un poco ingrato. La clave es ponerse en el lugar del otro.

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