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Septiembre marca el fin del verano y el regreso a la rutina laboral, un momento que para muchos puede convertirse en un desafío emocional y físico. Este periodo de transición, conocido comúnmente como síndrome postvacacional, afecta a un número creciente de trabajadores, generando síntomas como fatiga, irritabilidad, insomnio, dolores de cabeza y hasta desajustes digestivos.  

De hecho, según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, se calcula que alrededor de un 30% de los trabajadores en España lo experimentan. Y, a pesar de no tratarse de un diagnóstico clínico reconocido, sus síntomas no son por ello menos reales y pueden impactar significativamente en el bienestar emocional y en nuestro rendimiento laboral.

El choque entre el bienestar de las vacaciones y el estrés del entorno laboral puede provocar picos de ansiedad, falta de concentración y una sensación de agobio incluso mayor que antes del descanso. Los síntomas suelen durar entre unos días y dos semanas, aunque en casos más severos pueden requerir atención profesional.

Sin embargo, la vuelta al trabajo en septiembre no tiene por qué ser traumática. Con una planificación adecuada y una actitud positiva, es posible minimizar los efectos del síndrome postvacacional y recuperar el equilibrio físico y emocional. Aquí tienes algunas estrategias sencillas para suavizar la transición:

  1. Intenta incorporar microescapes diarios —pequeños momentos de desconexión— y mantener rutinas de autocuidado adquiridas durante el verano. 
  2. También es importante evitar revisar el correo electrónico constantemente, ya que cada consulta puede generar pequeños picos de estrés. En su lugar, es mejor planificar entre tres y cuatro chequeos diarios en momentos específicos para preservar la concentración y evitar la sobrecarga mental.
  3. Desde el punto de vista médico, es fundamental no apurar las vacaciones hasta el último momento. Retomar progresivamente los horarios de sueño y alimentación, establecer metas realistas y practicar técnicas de relajación como el mindfulness o la respiración abdominal pueden facilitar una adaptación más saludable. 4.-Además, se recomienda aprovechar septiembre como una oportunidad para renovar hábitos positivos: hacer ejercicio, mejorar la alimentación y reconectar con objetivos personales y profesionales. Esta perspectiva puede transformar el regreso laboral en un nuevo comienzo, más que en una pérdida de libertad.

Por último, recuerda que la actitud marca la diferencia al retomar la rutina. Al fin y al cabo, la vida no se trata solo de lo que sucede, sino de cómo eliges enfrentarlo: un 10% es lo que pasa y un 90% cómo reaccionas.  Desde BERBĒS te deseamos salud y toda la energía del mundo.  Muchos ánimos con la vuelta.

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