“¿Cómo estás? Espero que muy bien de salud en estos momentos. Espero que tú y los tuyos os encontréis bien de salud en estos momentos. Nosotros muy afortunadamente, algo más cansados que los primeros días, pero bien de ánimo y de salud”.
Da igual en qué contexto de la comunicación leas esto, y a qué altura del confinamiento provocado por el SARS-CoV-19, pero fórmulas así, más o menos estándar aunque escritas desde una profunda verdad, se han convertido en habituales y necesarias en estos días.
Humanización de la comunicación
Hace ya semanas, tantas que no alcanzamos a recordar bien la fecha, uno de nuestros socios en la red internacional de agencias Global Health PR, Paolo D’Ammassa, CEO de Connexia –nuestros colegas italianos en esta red-, pronunció una frase en uno de los primeros seminarios virtuales que celebramos confinados: detectamos una mayor humanización de la comunicación.
Fue una frase premonitoria y que está marcando nuestras comunicaciones profesionales y personales estos días. Con los periodistas con quienes hablamos y a quienes ayudamos diariamente, con nuestros clientes, con los profesores de nuestros hijos, entre nosotros, con los vecinos a través de ventanas y balcones, con quien nos vende el pan o los medicamentos desde detrás de una mascarilla, con nuestros amigos y familiares al otro lado de una fría pantalla que no se deja abrazar.
Nadie de con quién nos comunicamos es ajeno a esta humanización, que nos hace a todos sentirnos más cercanos, más afines, más humanos, más pacientes, menos agresivos. Oímos risas de niños en las teleconferencias, y algunos se cuelan en la pantalla para saludar. Vemos tu cocina, tu salón, un rincón muy personal de tu hogar, tu estantería llena de libros a tu espalda; pero también una foto de vacaciones en la que se percibe –algo borrosa– una playa, una ventana, un árbol…
Esta humanidad se percibe también en la comunicación interna y externa que están llevando a cabo las grandes y pequeñas empresas en estos tiempos de coronavirus. Los mensajes de ánimo hacia profesionales sanitarios, mayores, niños, empleados, consumidores y hacia la sociedad en general lo han llenado todo.
Tradición en BERBĒS
Desde los primeros días, y a pesar del sufrimiento humano que también nos ha tocado de cerca estos días, en el equipo BERBĒS se impuso una pequeña tradición: Un mail para cerrar la jornada, cada día desde hace X (a completar según cuándo leas esto). Un mail que nos envía una compañera con una canción, un poema, un vídeo, un reto, un mensaje de ánimo, de cuenta atrás hacia el primer día de la nueva normalidad cuando todo esto acabe. Estos días hemos perdido a seres queridos, pero también hemos brindado por la nueva vida que se abre paso y que ampliará nuestra pequeña familia en unos meses; no estamos juntos, pero nos sentimos quizás más juntos que nunca. Y cada día, desde hace X, nos preguntamos a través de la pantalla: ¿Cómo estáis?