Si hay algo que está revolucionando la manera de comunicarnos en los últimos tiempos es el chatGPT, un chatbot que emplea el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial GPT-3. Es un sistema de chat entrenado con una gran cantidad de datos de texto para poder realizar una amplia variedad de tareas relacionadas con el lenguaje. El chatGPT es capaz de comprender el contexto y la intención detrás de preguntas o consultas de los usuarios para dar respuestas acertadas y expresarse de manera natural con información muy exacta. El interés que está despertando es tal, que durante el mes de abril se ha convertido en el tercer término más buscado en Google en España. Pero, ¿cómo se puede aplicar este sistema de comunicación en el sector sanitario y en la industria farmacéutica?
Si bien es cierto que estas herramientas aún se encuentran en desarrollo, es inevitable pensar en su potencial. Actualmente, el uso del lenguaje se centra en secuencias de trabajo repetitivos, pero a medida que la tecnología mejore, su uso podrá extenderse a otros ámbitos como el sanitario. Su aplicación en el sistema sanitario permitiría, entre otras cosas, obtener diagnósticos más rápidos y precisos debido a la posibilidad de análisis de un gran volumen de datos, un análisis más minucioso de imágenes médicas o la posibilidad de generar informes de forma precisa permitiendo al profesional sanitario dedicar más tiempo a la atención y al trato del paciente. En palabras del Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez, dermatólogo formado en la Clínica Mayo y en la Universidad de California San Francisco, en un artículo para Alimente, “El chatGPT se utilizará sin duda en medicina tanto por pacientes como por médicos y probablemente sustituirá al Dr. Google. Creo que no sustituirá a los médicos, ya que estos sistemas son capaces de resolver problemas, pero sin consciencia. Lo que sí está claro es que nos permitirá practicar una mejor medicina. La unión máquina-hombre nos puede hacer ser más eficaces y seguros”.
En el caso de la industria farmacéutica, tal y como detalla Incipy, su aplicación también podría ser de gran utilidad ayudando, por ejemplo al descubrimiento de nuevos fármacos, ensayos clínicos más precisos o un mejor soporte al paciente dando la posibilidad de dar “respuesta a preguntas en tiempo real sobre temas como los efectos secundarios de los tratamientos, la dosificación y la interacción con otros medicamentos” que mejoraría la satisfacción del paciente y aumentará la adherencia al tratamiento.
Aparentemente, todos son ventajas y su aplicación debería ser inmediata en casi todos los sectores, sin embargo, aún cuenta con puntos débiles que son necesarios mejorar. Todavía es importante definir algunos aspectos como, por ejemplo, quién decide con qué información se debe alimentar al servidor, cómo se va a regular esta actividad o por qué medios se va a asegurar la confidencialidad y protección de datos de los pacientes.
Desde BERBĒS seguiremos muy de cerca la evolución del ChatGPT y su aplicación para poder seguir informando e investigación posibles vías de aplicación en nuestro sector.