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BĒ InspiraciónBlog

El poder de los abrazos

By junio 17, 2024No Comments

La importancia de los abrazos se viene demostrando desde los primeros días de vida. Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejó a los centros médicos ofrecer la oportunidad del contacto inmediato de piel con piel para lograr la supervivencia de los bebés pequeños y prematuros, en vez de separarlos de su madre tras el nacimiento, para introducirlos en la incubadora. 

Un abrazo atenúa el estado de ánimo negativo y reduce la percepción de conflicto personal. Así se pone de manifiesto en un estudio publicado en la revista PLOS en el que se evidencia que un abrazo reduce los niveles de cortisol, una hormona que ejerce múltiples efectos sobre el organismo, estabiliza la frecuencia cardíaca y provoca que nuestro cerebro segregue oxitocina: un neurotransmisor que actúa en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro, fomentando sentimientos de alegría que hacen desaparecer la ansiedad. 

En la Universidad de California en Los Ángeles se realizó una investigación en la que se escanearon los cerebros de varios participantes que se sometían a una prueba en la que recibían descargas eléctricas. Sus parejas los acompañaron y, en algunos casos, se les permitió permanecer unidos de la mano. Así, se puso de manifiesto que el contacto físico estaba ayudando a combatir el estrés activándose las áreas del cerebro responsables de mitigar el miedo.

La felicidad influye en la calidad de las relaciones

Asimismo, los investigadores de otro estudio elaborado por la Universidad de Harvard, entre 1938 y 2019, en el que se analizaron a 700 jóvenes con distintos contextos socioafectivos, revelaron que el denominador común en la vida de aquellos que se clasificaron como más felices era la calidad de sus relaciones: las personas más vinculadas a sus amigos y su familia vivieron más, lograron en mayor medida sus objetivos vitales y fueron físicamente más saludables. 

Por otra parte, se ha demostrado también que la calidad de las relaciones afectivas influye en la longevidad. Por ello, personas mayores de 65 años que recibieron abrazos «todos los días», «la mayoría de días» y «algunos días» fueron más longevas que aquellas cuya disponibilidad de contacto físico era nula.

Cabe destacar también la teoría de los lazos débiles basada en que la socialización con personas de nuestro entorno, y no únicamente con familiares e íntimos amigos, estimula nuestro cerebro, contribuye a que seamos más creativos y nos adaptemos mejor a los cambios. En este sentido, los expertos manifiestan que esto se evidenció durante la pandemia, ya que se comprobó que el aislamiento social aumenta alrededor de un 30% el riesgo de mortalidad.

En BERBĒS, siempre nos preocupamos por potenciar las relaciones afectivas entre los miembros del equipo, ya que sin duda redunda no solo en el bienestar personal de cada uno sino también a nivel profesional.

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