Barómetro del CIS
Si las semanas anteriores fueron las del rifirrafe político y el goteo de nuevas y variopintas restricciones por la COVID-19, muchos han visto esta semana como la de la búsqueda de buenas noticias. El barómetro del CIS nos avisaba hace pocos días de que seis de cada diez españoles han pensado que pueden morir por COVID-19. Muchos más, el 78% de los encuestados, muestra inquietud y temor ante el futuro. Y el 80% está convencido de que la crisis va a durar mucho tiempo. El ansia de ver una luz al final del túnel es indiscutible y los políticos lo saben. De ahí que todos hayan acogido con euforia (pese a las peticiones de prudencia) los últimos datos ofrecidos por una compañía farmacéutica sobre una de las candidatas a vacuna, que podría llegar a principios del año que viene.
Compra de vacunas
La UE ha cerrado su compra y ha recordado que tiene contrato con otros laboratorios para que los ciudadanos europeos dispongan de hasta seis o siete vacunas el año que viene. También esta semana ha sido autorizada en EE UU la primera terapia de anticuerpos para tratar la COVID-19. Lo que se espera es que estas innovaciones ayuden a recuperar, en alguna medida, la antigua normalidad. Para unos este momento llegaría a partir de la primavera, para otros, desde el verano, y algunos apuntan a 2022, pero está claro que las últimas noticias han sentado bien a muchos. A las primeras, a las bolsas de uno y otro lado del Atlántico.
Elecciones de EE.UU.
Precisamente del otro lado del Atlántico ha llegado también esta semana la que muchos esperaban como noticia de la anterior: la identidad del nuevo presidente electo de EE UU. La elección de Joe Biden, como no podía ser de otro modo en este año atípico, también está estrechamente ligada a la pandemia. Por un lado, el aún presidente Trump, que se resiste a reconocer los resultados, le acusa de haber movido hilos para que las buenas noticias de esta semana no se hicieran públicas antes de la votación, lo que según sus cálculos podría haber sumado apoyos al republicano (aunque lo mismo podría haber argumentado Biden si se hubieran hecho públicas dos semanas atrás). Por otro, Biden, ya desde sus primeras intervenciones ante la nación, ha dejado claro que su gestión de la crisis sanitaria va a estar muy alejada de la de su antecesor. Lo primero que ha advertido es que llevar mascarilla no es una declaración política, es un mecanismo de protección ante el virus. Para muchos puede resultar increíble que en el undécimo mes de 2020 aún haya que aclarar conceptos como este.
España
Mientras, en España, Gobierno y CC AA siguen regulando la vida en pandemia, pero esta semana, a diferencia de las anteriores, no todo son restricciones: el IVA de las mascarillas dejará de ser el de artículos de lujo y los viajeros de países en riesgo (prácticamente de toda Europa) tendrán que traer PCR negativa al llegar a España. En definitiva, las autoridades dan estos días un respiro a la población. Sólo falta que lo dé el virus.