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Hace más de 20 años que se completaron las transferencias del Estado a las CC AA de las competencias sanitarias. Casi desde ese momento, los ciudadanos han reclamado y las autoridades han intentado unificar algunos elementos básicos de la asistencia sanitaria, muchas veces, sin éxito o sólo alcanzándolo tras un camino tortuoso. Uno de estos elementos es la tarjeta sanitaria, de la que, en la actualidad, existen 18 versiones en España (17 CC AA + el Ingesa de Ceuta y Melilla). Esta semana, el Ministerio de Sanidad ha sacado a consultas el proyecto de decreto con el enésimo intento por unificar este documento. Entre las novedades, se prevé la coexistencia de soporte físico y virtual, de manera que los pacientes puedan llevar la tarjeta en su bolsillo o en el móvil y, sobre todo, que les permita moverse libremente por el Sistema Nacional de Salud. Hasta el 6 de noviembre está abierto el plazo para hacer alegaciones. Éste será uno de los temas pendientes para la próxima reunión del Consejo Interterritorial del SNS, que las elecciones y el retraso en la investidura ha demorado ya más de tres meses.

Nombres propios: Miguel López-Valverde, consejero de Digitalización de Madrid

Y si hablamos de tarjetas y digitalización, el nombre propio de la semana es el del consejero de Digitalización, Miguel López-Valverde. El consejero viene de Sanidad y, en sus primeros meses de ejercicio, un porcentaje mayoritario de su gestión se ha centrado en esta área. Puede decirse casi que la Comunidad cuenta con dos consejeros de Sanidad, Fátima Matute y López-Valverde. Esta semana, al igual que el Ministerio (el pique con Madrid continúa), se ha centrado en tarjeta sanitaria y ha presentado una aplicación integrada en la tarjeta sanitaria virtual. El objetivo, solicitar citas médicas de forma más ágil. Ahora la consejera Matute tendrá que encargarse de que los médicos estén disponibles cuando lleguen esas citas.

Para los próximos días…

Farmaindustria da este sábado un paso más en el camino de la transparencia que inició hace más de 30 años, con su primer Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica. De manera simultánea en Madrid y Barcelona, 500 personas se someterán a un examen para obtener, por primera vez, la acreditación como conocedores del Código vigente. Un avance para fomentar las buenas prácticas y mejorar la imagen pública del sector.

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