Elecciones gallegas y vascas
Hace menos de una semana que se celebraron las elecciones gallegas y vascas, con los afectados por coronavirus confinados y sin poder votar, pero sin incidentes ni brotes en los colegios electorales. En realidad, esto último se sabrá a ciencia cierta en unos días, cuando pase el período de incubación, pero lo que sí se conoce ya con seguridad es quiénes gobernarán en estas dos Comunidades Autónomas.
Tras los comicios, antes del 12 de agosto tendrán que estar constituidos los Parlamentos autonómicos, que investirán, días más tarde, a Alberto Núñez Feijóo (PP) y a Íñigo Urkullu (PNV) como presidente y lehendakari, respectivamente. Después, estos nombrarán a los consejeros de su gobierno, por lo que antes de que termine el verano, se sabrá quiénes llevarán las riendas de la sanidad de estas dos autonomías, algo crucial en los próximos meses.
Consejeros de Sanidad
En ambos casos, los consejeros de Sanidad en funciones tienen muchas posibilidades de repetir en el cargo. Jesús Vázquez Almuiña, en Galicia, iba en un puesto destacado en las listas populares y ha ganado peso después de dar por controlado uno de los brotes más graves desde el fin del estado de alarma, el de A Mariña. En Euskadi, la gestión de Nekane Murga y Osakidetza fue exhibida en campaña como reclamo para los votantes y, a juzgar por los resultados, fue una buena estrategia. Desde que se celebraron los comicios, además, no ha tenido tiempo de descansar y ha anunciado nuevas medidas para controlar los brotes en el País Vasco, como la limitación de aforos o la obligatoriedad de la mascarilla en todos los espacios públicos (una medida muy barata que ya han adoptado al menos 11 CC AA).
Pero no se puede dar nada por seguro. Podría ocurrir que, con los malos augurios para el otoño, los consejeros pidan a sus jefes ser relevados en los nuevos ejecutivos.
Brotes en Cataluña
Si en Galicia y el País Vasco la situación tras las elecciones y el control de los brotes es más o menos tranquila, en Cataluña esta semana se ha vuelto aún más caótica. Con el brote de Lleida y el Segrià descontrolado, Torra hizo un intento de confinamiento de la población, que un juzgado tumbó por estimar que se excedía de sus competencias. Con poco margen de maniobra, sin querer recurrir al Estado y con otro brote en Hospitalet, Torra decidió intentar controlar estos contagios por la vía del Decreto-ley. El batacazo judicial tampoco fue buena noticia para el Gobierno, pues mientras esto sucedía en Cataluña, el Ministerio de Sanidad presentaba un plan para aplicar mientras permanezcamos fuera del estado de alarma que deja en manos de las CC AA todas las medidas a tomar. El ministro Illa asegura que hay muchas decisiones que los gobiernos autonómicos pueden tomar, pero tampoco entra en mucho detalle. Eso sí, ha asegurado que el decreto de Torra no invade competencias, por si algún juez le pregunta. El miércoles, otro juez avaló las medidas de Torra, aunque la confusión ha contribuido a que el cumplimiento de las medidas sea menor.
Homenaje oficial a los fallecidos
Con este panorama en Cataluña, en Madrid se ha celebrado el acto de homenaje oficial a los fallecidos en la primera oleada de Covid-19. Un evento multitudinario, pero con las sillas separadas y bien ordenadas en círculo, para recordar a todas las víctimas de esta pandemia en nuestro país, sin cifras concretas. En la mente de todos estaba el deseo de no tener que repetir un homenaje similar dentro de unos meses.
