Emociones del consumidor
A menudo actuamos por impulso a la hora de decantarnos por un producto, sin detenernos en sus características. Esta toma de decisiones es fruto de un comportamiento irracional que no controlamos. Es por esto que las marcas tuvieron que adentrarse en un nuevo escenario y asumir el reto de conectar e influir en las emociones de los consumidores.
El Storytelling
La primera fase fue transmitir valores y emociones a través de historias, es decir empleando el Storytelling. Estas ficciones tratan arquetipos con los que la sociedad, independientemente de la cultura, sexo o edad, se siente parte de esa narrativa. Generan un espacio que permite a los espectadores abstraerse, por unos segundos, de todo lo que le rodea. De esta manera no pueden faltar en ellas dinamismo, identificación o afinidad y sobre todo, emoción.
El Storydoing
A pesar del esfuerzo que realizaron y el éxito que obtuvieron, algunas vieron un desgaste en esta tendencia por lo que decidieron dar un paso más y apostar por una nueva idea: el Storydoing. Esto va más allá de contar un relato de ficción semejante a la realidad, es pasar del dicho al hecho, ya que los usuarios ya no solo se conformaban con un buen producto sino buscan vivencias. Se trata de involucrar directamente al cliente creando experiencias de producto teniendo en cuenta sus deseos y necesidades.
Estos eventos tienen la capacidad de ser comunicados con facilidad, y además, si se encuentran en un lugar estratégico tienen grandes probabilidades de que se viralicen. De esta forma, personas anónimas que experimenten sensaciones con cada acción se convertirán en embajadores de la marca, con el poder de no tener que recurrir a los influencers que suponen un coste.
El Storycaring
A pesar de todos estos avances a la hora de crear valor de marca, la situación en la que se encuentra nuestro país, ocasionada por la COVID-19, ha alterado muchos aspectos. Entre estas transformaciones, se encuentra una vez más, la forma de comunicar de las marcas. La nueva tendencia, Storycaring, es bastante similar a la primera fase de la que hablábamos, sin embargo tiene un lado más humano. En estos meses han intentado plasmar los diferentes sentimientos que se manifestaban durante el confinamiento, el nuevo modelo de trabajo, la conciliación familiar, las nuevas fórmulas de ocio… Quieren hacer ver a través de valores como la empatía, el respeto y la tolerancia que, a pesar de estar en una situación de crisis sanitaria en la que por ahora no se tiene claro cual será el futuro, van a estar ahí acompañando en todo momento. Esto es algo que los usuarios valoran en positivo, puesto que no están vendiendo el producto en sí, sino valores de marca.
