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Este fin de semana no será el más relajado para la ministra de Sanidad, Mónica García. La manifestación convocada por los sindicatos médicos para este sábado en Madrid contra el Estatuto Marco amenaza con amargar algo más que el sábado al equipo ministerial, que se ha encontrado con la oposición frontal de gran parte de los facultativos a propuestas como la exclusividad de los jefes de servicio. Esto es especialmente duro para una política que hizo de su condición de “médica” el reclamo de su campaña electoral por Más Madrid. “Parece mentira que sea compañera”, han protestado algunos facultativos, según recogen los medios. En este contexto, la ministra, previsora, y su equipo de comunicación, han optado por una estrategia preventiva y fotos con profesionales previas a la protesta. Esta semana ha asistido a la inauguración del Congreso de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, un evento que alguien debió de pensar que le iba como anillo al dedo, ya que los datos de falta de pediatras y otros problemas de la especialidad / profesión apuntan de lleno a las CC AA, y no tanto al Ministerio.

García ¿con la Atención Primaria?

Ya desde su nombramiento, García se ha esforzado en mantener una imagen cercana a la Atención Primaria y a sus profesionales, reclamando a las CC AA, y a alguna con especial énfasis, recursos para el primer nivel asistencial. Lo que sorprende es que, hasta ahora, había excluido a la Pediatría de su proyecto de AP. Ni una mención a los pediatras en documentos y notas del Ministerio sobre Atención Primaria. Hace un año, mismo lugar, parecidas fechas, Mónica García fue invitada también a la inauguración del Congreso de Actualización de AEPap, pero no sólo no acudió, sino que no envió a nadie en representación. Ni secretario de Estado, ni directores generales, ni siquiera uno de esos asesores del gabinete que sus antecesores tenían trabajando en despachos, pero que en la etapa actual, dado el creciente volumen de eventos, representan también al Ministerio en jornadas y actos varios. Un cambio de parecer, cuando menos, curioso.

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