Con las elecciones catalanas este domingo, el protagonista de la semana es el que ha sido ministro de Sanidad durante prácticamente toda la pandemia. Su última polémica también es sanitaria. Mientras, en la UE se constata que, a veces, el optimismo también es un problema y en España parte del foco de la información se traslada de la UCI a la terraza del bar.
Illa, la PCR y las sospechas de cierre de campaña
La negativa de Salvador Illa a hacerse una PCR antes de un debate televisivo ha dado lugar a una “serpiente” informativa de final de campaña electoral en Cataluña. Los partidos rivales, tanto del lado independentista como del constitucionalista, dicen tener dudas de si el hasta hace dos semanas ministro de Sanidad no habrá evitado la prueba porque ésta pudiera delatar que se vacunó valiéndose de su cargo. El hoy candidato a la Generalitat lo ha negado, pero, ya sean fundadas o no las sospechas, han conseguido unir en el mismo argumento a ERC y el PP, entre otros. Todo un hito.
Pecar de optimismo
Mientras en Cataluña se preparan para votar, en la Unión Europea lamentan el optimismo con el que tomaron el inicio de la vacunación. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, ha afirmado que confió demasiado en los envíos de los fabricantes y ahora trata de buscar alternativas para continuar poniendo vacunas. Porque, de lo que no se retracta, de momento, es de la promesa de tener vacunados al 70% de los europeos en verano.
Plan B de vacunación y fiestas poco saludables
En España, como en otros países de la UE, esta semana sanitaria se ha dedicado a reorganizar el plan de vacunación, para priorizar a algunos colectivos de trabajadores esenciales y evitar la última vacuna en mayores de 55 años. Las CC AA, por su parte, barajan relajar algunas restricciones. Algunas, como Castilla-La Mancha, ya lo han hecho, permitiendo abrir a la hostelería, código QR mediante. Entre estas noticias, cada vez con más frecuencia se cuelan las imágenes de fiestas ilegales, o legales, pero en las que parece ignorarse la protección a la salud, que alimentan el debate y, sobre todo, la fatiga pandémica.