“Tengo miedo al avión, también tengo miedo al barco / porque hay un macrobrote al otro lado del charco”… Uno de los clásicos más conocidos dedicado a Mallorca podría haber sido versionado así esta semana, en la que la noticia sanitaria ha estado en un hotel con estudiantes asomados a los balcones pidiendo “libertad”. Todos ellos eran contactos de casos positivos en el macrobrote de Covid-19 derivado de los viajes de fin de curso, probablemente el mayor registrado en España. Si en febrero de 2020, la pandemia en nuestro país se iniciaba con el confinamiento de un hotel por un turista positivo en Adeje (Tenerife), algunos han querido ver este otro encierro, acompañado de polémica judicial y sanitaria, como el que pondría el punto y final. Otros son menos optimistas y piensan que es un aviso de lo que puede ocurrir con la relajación de medidas y con un porcentaje aún bajo de la población vacunada.
El Interterritorial de la inflexión
Lo ocurrido en Mallorca, donde un juez ha decretado que no se puede confinar a los estudiantes con PCR negativa, no ha empañado el “buen rollo” vivido en el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el primero presencial desde principios de 2020 y el primero celebrado en el Senado, para más solemnidad. En él no se han tomado decisiones estratégicas en cuanto a las mascarillas o la vacunación, más allá de permitir a las CC AA que gestionen los grupos de edad como consideren. Se ha hablado de compra de equipos, salud digital, lucha contra la violencia de género… en suma, temas “no pandémicos” que hacen albergar una esperanza de que en los próximos meses se hable de otras cosas, también en el ámbito sanitario. Acaso sea también el principio de una nueva era en la que las reuniones de Sanidad y las autonomías no se celebren todos los miércoles. De ahí que la ministra, Carolina Darias, asegurara que supone un “punto de inflexión” y “una mirada al futuro”. No hay que olvidar que en la era precovid lo habitual era un Interterritorial cada tres meses.
Devolver el anonimato a Fernando Simón
Y, si los Interterritoriales empiezan a espaciarse, es probable que también lo hagan las apariciones públicas de la cara más visible de la pandemia, la del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. Hace ya dos meses pasó de dos ruedas de prensa semanales a una. Esta semana compareció junto a la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón. Parece que hay voluntad de que tenga un perfil algo más bajo y, quien sabe, quizá algún día, recupere su anonimato.