La primera semana totalmente hábil del año ha estado marcada por el temporal y sus consecuencias, también en lo sanitario. La vacunación COVID-19 continúa, no sin dificultades, y el ministro de Sanidad gestiona la pandemia mientras inicia su carrera como candidato a la Generalitat de Cataluña.
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Filomena tensiona aún más la sanidad.
- Por si tuvieran poco con la tercera ola de la pandemia, los hospitales de muchas ciudades de España han tenido que hacer frente estos días a otra emergencia: la de cientos de transeúntes con fracturas y traumatismos, ya sea por disfrutar de la nieve o por intentar vivir (trabajar, comprar…) a pesar de ella y del hielo.
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El arduo camino hacia la inmunidad de rebaño.
- Estas Navidades se iniciaba la vacunación frente a la COVID-19. La que es, sin duda, una buena noticia, se veía empañada por la realidad: la capacidad de las CCAA para administrar las vacunas es limitada, hay grandes diferencias entre unas y otras y no será tarea fácil alcanzar la “velocidad de crucero”, como espera Salvador Illa, y mucho menos la tan ansiada inmunidad de grupo.
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Illa, de vuelta a Cataluña.
- Esta semana, el ministro de Sanidad que ha tenido que gestionar la mayor crisis en décadas, cumplía un año en el cargo. También en estos días ha comenzado a decir adiós al sector, pues es ya el candidato del PSC para presidir la Generalitat. Su capacidad para compatibilizar ambas tareas y las contradicciones a las que le pueden llevar (la primera, en si se deben aplazar los comicios por el avance de la pandemia), serán objeto de debate.
