La pandemia ha mostrado esta semana, una vez más, los efectos de vivir en un mundo global. Con las primeras vacunaciones, además, está mostrando que la geopolítica es un elemento a tener muy en cuenta. Las relaciones entre la Unión Europea, Reino Unido y también EE UU y Rusia en esta crisis, sin duda, se estudiarán en los libros de historia.
Europa se queda atrás con las vacunas y busca opciones
Si ha habido una protagonista de la semana sanitaria ha sido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Después de los desacuerdos con algunos fabricantes y de haber tenido que dar marcha atrás en su órdago para intentar que las vacunas no traspasaran fronteras europeas, ni siquiera las de Irlanda del Norte, su gestión ha sido puesta en entredicho. Porque, aunque en los últimos días se hayan anunciado acuerdos y entregas anticipadas, los europeos miran al norte y ven cómo Reino Unido ha vacunado ya a diez millones de ciudadanos, todo después del Brexit. Y, al otro lado del Atlántico, el nuevo presidente Biden “con la ayuda de Dios”, ha puesto todo su empeño en la vacunación. Incluso se van a hacer envíos directos de vacunas a las farmacias. En estas circunstancias, Europa ya ha empezado a mirar a Rusia y a su vacuna Sputnik, cuyos buenos resultados acaban de publicarse en la revista Lancet.
Veto a brasileños y sudafricanos
Segundo caso de la variante sudafricana en España (Barcelona) en una persona que no había tenido relación con aquel país. Ergo, la variante está circulando por nuestras ciudades sin ser detectada. Así empezó la variante británica, que ya supone alrededor de un 10% de los casos. Ante esta situación, el Gobierno ha vetado esta semana la llegada de aviones desde Sudáfrica y Brasil. El tiempo dirá cuál será el efecto de estas mutaciones, tanto por ser más contagiosas como por cómo puedan afectar a las vacunas, a sólo un mes de su llegada.
Otro “via crucis” a la vista
Si la Semana Santa de 2020 fue un auténtico “via crucis”, en pleno confinamiento, con miles de pacientes colapsando hospitales y UCIs, y con improvisadas morgues para dar cabida a todos los fallecidos por la COVID-19, los próximos períodos vacacionales o festivos no se prevén muy distintos. Es de esperar que la situación de enfermos y fallecidos sea diferente y que bajen los contagios, pero nada de pensar en viajar, ni en celebrar fiestas como las Fallas, la Feria de Abril o, incluso, los Sanfermines. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, hizo esta semana una tímida alusión a retomar la movilidad en Semana Santa que no parece que haya tenido mucha acogida, salvo en el sector hostelero.
