El próximo 20 de abril, nada más terminar la Semana Santa, está señalado en el calendario como el fin de una de las últimas restricciones pandémicas: la obligatoriedad de la mascarilla en interiores. La esperada noticia contrasta con las imágenes que llegan desde Shangai, en China, donde 26 millones de personas permanecen (otra vez) en confinamiento forzoso.
Tercer via crucis pandémico
Todo parece indicar que la Semana Santa que empieza será muy distinta de las dos últimas, tanto en términos turísticos como sanitarios. Hasta parece que hará buen tiempo en muchos lugares. Pero no deja de ser la tercera Pascua pandémica, y las mascarillas, aún obligatorias, nos lo recuerdan. Los técnicos de la Comisión de Salud Pública se han resistido hasta el último momento a que se eliminara su obligatoriedad antes de las vacaciones. Se dijo que el Gobierno presionaba para que la decisión se tomara antes, también se señaló al reaparecido Fernando Simón (que, al final, es también un técnico), como partidario de adelantar la medida, algo que él luego ha negado. Y se daba por hecho que el presidente del Gobierno se reservaría dar él mismo la buena noticia. Pero al final, ha bajado tanto el perfil de todo lo referido a la Covid-19, que ha sido del Consejo Interterritorial “ordinario”, tal y como ha subrayado el Ministerio, celebrado en Toledo el pasado miércoles de donde ha salido la fecha para decir adiós a los cubrebocas. Así que, los que asistan a procesiones tendrán que mantener esta penitencia.
Miedo a la variante XE
De este modo, y en un contexto político y económico en el que no faltan otras preocupaciones, la tentación es cerrar de forma definitiva el capítulo pandémico de nuestras vidas. Pero, aunque no le queramos dar un papel protagonista, el virus sigue aquí y muta cada pocos días. Lo recuerdan las imágenes y noticias de China, de cuarentenas por la fuerza, familias separadas y personas contagiadas que se quejan de no poder adquirir ni siquiera alimentos. Tan impactantes son, que hacen preguntarse si todo responde a la obsesión del país asiático por la política de “Covid Cero” o bien si hay algo que nos debería preocupar más. La respuesta puede estar en las nuevas subvariantes de Ómicron, en particular en la XE, mezcla de Ómicron y su variante “sigilosa”, que preocupa a la OMS porque podría ser la más contagiosa de las detectadas hasta ahora. Habrá que encomendarse al “alto nivel de inmunidad” con el que la ministra Darias ha argumentado el fin de las restricciones pandémicas en España.