Esta semana han llegado los esperados cambios en el Ministerio de Sanidad, pero lo que ha centrado la política sanitaria han sido las dificultades que se ciernen sobre la mayor esperanza para salir de la pandemia: la vacunación. Más retrasos en las entregas y desencuentros entre autoridades y fabricantes son problemas que es preciso resolver para seguir combatiendo el virus.
El adiós a Illa y la bienvenida a Darias
El nombre propio de la Sanidad esta semana es Carolina Darias, la flamante ministra de Sanidad. Canaria, de 55 años, licenciada en Derecho y, hasta ahora, ministra de Política Territorial, era el relevo de Salvador Illa que el presidente llevaba preparando desde este otoño, cuando se incorporó al Consejo Interterritorial del SNS. Llega al Ministerio como séptima titular en siete años y con el reto más difícil imaginable, superar la pandemia. A diferencia de su antecesor, ella está avisada. En los próximos días se verá si la nueva ministra hace una remodelación más profunda entre los altos cargos u opta por la continuidad.
Obstáculos en el plan de vacunación
La ley de la oferta y la demanda tiene estas cosas: el porcentaje de la población que se vacunaría frente al SARS-CoV-2 de inmediato se ha disparado. Si en el anterior barómetro del CIS apenas un 40% de la población se decía dispuesta a vacunarse ya, en el publicado esta semana la cifra llega al 72%. Claro que, entre medias, se ha visto cómo se vacunaban antes de tiempo alcaldes, altos cargos, sus familiares, consejeros y hasta la cúpula militar. Por si fuera poco, esta semana ha quedado en evidencia que la campaña de vacunación va a ser una carrera de obstáculos. La Comisión Europea ha tenido importantes desencuentros con una farmacéutica y la llegada de las dosis necesarias se complica. En España, varias CC AA han tenido que suspender la inoculación de la primera dosis, para garantizar la pauta completa a quienes ya la han recibido.
Nuevas dimisiones entre los vacunados
Y mientras, estos días ha continuado el rosario de dimisiones derivadas de la interpretación personal de los protocolos que han hecho muchos altos cargos. Uno de los últimos, el consejero de Salud de Ceuta, Javier Guerrero, que pasó de asegurar que “no le gustan” las vacunas a ponerse el primero la vacuna frente a la COVID-19. Como ocurrió la semana pasada con su colega de Murcia, ha sido sustituido por Alberto Gaitán.