Se acercan las Fiestas y el año acaba de forma parecida a cómo empezó: en plena cresta de una ola de Covid-19. En la actual, la sexta ola en España, esta semana los contagios y la incidencia acumulada han escalado hasta niveles de antes del verano, pese a la alta tasa de vacunación. La receta de Sanidad para combatirla es conocida: vacunas, mascarilla y distancia. Para la primera se han incorporado estos días los niños de 5 a 11 años. La segunda, aunque su uso se haya relajado en ciertos ámbitos, es obligatoria en España en más lugares públicos que en muchos otros países europeos. La tercera, la distancia, es la más difícil de seguir en las fechas que llegan.
Más vacunas, ni hablar de restricciones
Tras el Consejo Interterritorial del SNS celebrado esta semana se podría pensar que la ministra Carolina Darias y los consejeros no quieren ni oír hablar de restricciones y han convertido la vacuna en un mantra pase lo que pase. La variante Ómicron acecha y aún no está clara qué efectividad tendrán y, por otro lado, hace tiempo que quedó obsoleto el concepto de inmunidad de rebaño cuando se habla de esta pandemia. Pero los responsables sanitarios se aferran a la vacunación, ahora incorporando a los más pequeños, pues en la situación actual -sin un estado de alarma ni una norma que lo ampare- cualquier restricción de movimientos es muy difícil de adoptar. Es posible que sea por eso por lo que este miércoles se aprobó inyectar la tercera dosis de la vacuna a todos los mayores de 50 años, pero no el plan de limitaciones que había elaborado la Ponencia de Alertas de Sanidad. Parece que limitar los comensales a menos de 10 por mesa se queda (de momento) en una recomendación general.
Fiestas navideñas y bronca política
Y es que en las fechas que se aproximan a la mayoría le gusta encontrarse con su familia, amigos y compañeros de trabajo, pero socializar y más en interiores, comporta riesgos. No hay más que ver algunos de los últimos contagios en reuniones de profesionales sanitarios, un merecido respiro después de muchos meses de trabajo muy duro, pero que aún pueden dar algún disgusto. También en la política han dado esta semana muchos dolores de cabeza. Ha ocurrido en el Reino Unido. En numerosas ocasiones el premier británico, Boris Johnson, ha sido protagonista de estas líneas, pues sus andanzas en la pandemia a menudo han sido noticia, y esta semana ha vuelto a ocurrir, a cuenta del partygate que ya se ha cobrado la cabeza política de algunos de sus colaboradores y que le ha situado en sus horas más bajas al frente del gobierno y del Partido Conservador. En nuestro país, también a cuenta de las cenas navideñas ha tenido lugar el último capítulo de la batalla abierta dentro del PP, entre su líder, Pablo Casado, que ha optado por suspender la tradicional reunión del partido en Madrid, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que se ha quedado con las ganas de celebrarla. Veremos si las fiestas traen amor, paz, y pocos contagios, o bien los «partygates” de aquí y de allá acaban, como algunas cenas familiares de Nochebuena, con bronca y trapos sucios.
