Los libros que no hemos tenido tiempo de leer, sólo por el placer de hacerlo, son para el verano. Como lo que más nos gusta en este blog es la comunicación, queremos recomendar cinco lecturas para este verano 2020, que enganchan desde la primera página y con las que, además, podemos aprender mucho sobre periodismo y relaciones públicas.
1. Scoop (Noticia bomba). (Evelyn Waugh, Anagrama, 1938).
Ha pasado de considerarse una de las mejores novelas humorísticas del siglo a ser lectura recomendada en las facultades de Ciencias de la Información. Un malentendido hace que un joven sin experiencia sea enviado por el diario Daily Beast como corresponsal a Abisinia, lo cual da lugar a divertidísimas escenas, entre las cuales Waugh, que en la vida real trabajó para el Daily Mail cubriendo la invasión de Abisinia, introduce su ácida crítica a los medios y a la desinformación que ya hace un siglo generaban algunas prácticas. De lo mejor de la novela, la explicación que le da un compañero más experimentado al protagonista sobre lo que es una noticia: “Una noticia es aquello que le interesa a un tipo al que nada le importa apenas. Y sólo es noticia hasta el momento en que lo ha leído (…) Si un colega ha enviado la noticia antes que nosotros, la nuestra ya no lo es. Naturalmente, queda la nota de color. Los reportajes con una nota de color (…) son fáciles de escribir y fáciles de leer, pero como cuestan muy caros de telégrafo, no podemos enviar más de la cuenta. ¿Entiende?”
2. Un día más con vida. (Ryszard Kapuscinsky, Anagrama, 1976).
De toda la obra del corresponsal de guerra por el que más periodistas han decidido ir a África, nuestro favorito es este libro ambientado en la Guerra de Angola. Y, al parecer, también era el preferido del propio autor. Después de haber pensado que estábamos “sobreviviendo” día a día en el confinamiento por la pandemia de Covid-19, quizá nos siente bien leer lo que es una auténtica historia de supervivencia, la que se vivió en el país africano en los meses previos a su independencia de Portugal, el 11 de noviembre de 1975, cuando el “éxodo blanco” se llevó del país a médicos, ingenieros, policías… mientras la guerra por el poder en el futuro se recrudecía. El hecho de que este mismo año se haya estrenado una versión animada de esta obra maestra es una excusa más para leerlo.
3. Una historia personal. (Katherine Graham, Libros del K.O., 1997).
Como toda autobiografía, esta de Katherine Graham, que dirigió el Washington Post durante casi cuatro décadas tiene bastante de hagiografía. Además, al leer el subtítulo del libro, Sobre cómo alcancé la cima del periodismo en un mundo de hombres, algunos tendrían la tentación de responder “está claro: siendo la hija del dueño y la mujer del director”. Sin embargo, esta obra nos sirve para conocer, de la mano de una testigo excepcional, la historia del que hoy es uno de los diarios más influyentes del planeta, pero que empezó siendo, aunque parezca increíble, algo así como un rotativo de provincias. Lo mejor del libro, la intrahistoria de la publicación del escándalo del Watergate y las presiones políticas sufridas, pero también el episodio de la huelga, que llevó a Graham y a sus directivos a sacar adelante su periódico casi solos con tal de no dar su brazo a torcer por los trabajadores de las imprentas.
4. Pureza. (Jonathan Franzen, Penguin Random House, 2015).
La última novela de Franzen, uno de los eternos grandes de la narrativa estadounidense, tiene ya cinco años, pero no ha perdido (toda) la actualidad. Aborda un aspecto de la comunicación surgido en la última década, las filtraciones masivas que afectan a gobiernos, empresarios y celebridades de toda índole. Andreas Wolff, un personaje atrayente y mujeriego a partes iguales, es una especie de caricatura de Julian Assange, que tiene montado un entramado en plena selva desde el que dirige su “Wikileaks” particular, el Sunlight project. La joven Purity, ‘Pip’ Tyler se une para dar un sentido a su vida. Le acompañan otras mujeres inteligentes y preparadas como ella que, sin embargo, idolatran de forma incondicional a Wolff. La crítica al funcionamiento de internet y las redes sociales, un tema recurrente en Franzen, está también presente en una novela que, pese a sus 700 páginas, es fácil terminar antes de que lo hagan las vacaciones.
5. Tiempos recios (Mario Vargas Llosa, Alfaguara, 2019).
El arranque de esta novela ambientada en la Guatemala de los años 50 se podría estudiar como historia de las Relaciones Públicas: cómo el dueño de la United Fruit Company (conocida como “El Pulpo” en América Latina), Sam Zemurray, recurre a una agencia de comunicación. En concreto, acude la regentada por Edward L. Bernays, autodenominado “padre de las Relaciones Públicas” y autor del libro “Propaganda” para mejorar sus negocios. El encargo termina con millones de familias norteamericanas comiendo plátanos en el desayuno y la merienda y con un golpe de estado en Guatemala. Más allá de la crítica política, es interesante recordar que ambos personajes fueron reales, y lo relatado en el libro da idea del potencial de una campaña de comunicación. Era algo que sabía bien Bernays, que fue el primero en aportar conceptos básicos con los que trabajamos, como definir los objetivos, investigar los públicos, fijar objetivos alcanzables y crear y desarrollar el mensaje.