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BĒ Inspiración

Pasaje durante el COVID-19

By marzo 13, 2020No Comments

Irene Montero, Carolina Darias, Ana Pastor, Javier Ortega Smith, concejales del ayuntamiento de Madrid, diputados… Y hasta Zarzuela. Cuando los políticos de tan distinto signo, y hasta los jefes de Estado, están en el mismo saco es porque, como ocurre ahora, algo que trasciende la política y la economía les arrastra. O nos arrastra a todos.

Envergadura del contagio de políticos

El hecho de que tantos políticos se contagien dentro y fuera de España (recordemos al ministro de Sanidad de Irán), da idea de la envergadura del problema. Es cierto que los políticos se mueven mucho, viajan, asisten a manifestaciones o a mítines, según el caso, saludan y dan apretones de manos y besos por doquier, todas ellas prácticas desaconsejadas a día de hoy, pero que en hasta principios de esta semana se consideraban normales.

Pruebas diagnósticas a responsables públicos

Otro debate es el de la rapidez en practicar pruebas diagnósticas a los responsables públicos en comparación con las denuncias de muchos ciudadanos, entre los que se encuentran allegados de personas afectadas, que aseguran que los sanitarios han sido reticentes a hacerles las pruebas. De fondo, la cuestión de si contamos o no con todo el material necesario, incluidos test de detección del COVID-19. Ya en la jornada de actualización sobre esta cuestión que celebró la Asociación Nacional de Informadores de la Salud hace sólo 10 días (Historia antigua), el representante de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología apuntó a “factores limitantes” dado que los tests son un bien escaso. Probablemente, muchos ciudadanos piensan que el factor debería ser clínico antes que ocupacional.

Más allá de estas polémicas, que habrá que retomar cuando se solucione el problema inminente de salud, esta semana ha supuesto un punto de inflexión en lo que se recordará, con toda probabilidad, como un momento histórico. Aulas vacías, calles desiertas, supermercados arrasados. A los aficionados a las ficciones apocalípticas, las modernas distopías catastrofistas o, simplemente, a las novelas históricas, seguramente les han venido a la cabeza estos días escenas de sus obras favoritas.

Comunidad de Madrid

En la Comunidad de Madrid, que tiene la mayoría de los casos de Covid-19 de España, lo que está ocurriendo es inédito. Por eso, una de las protagonistas de esta larga semana ha sido la presidenta, Isabel Díaz Ayuso.

Aunque después han seguido todas las CC AA, y antes que ella fue Vitoria, Madrid es relevante por la rapidez de los contagios, que ha generado un paisaje insólito de estos días en la capital y la Comunidad Autónoma con mayor densidad de población. Madrileños ya de cierta edad no recuerdan algo así.

Además, la presidenta Ayuso ha protagonizado un conato de enfrentamiento con el Gobierno central por el bulo de que Madrid se iba a cerrar. En efecto, en ese momento era un bulo, pero España, que está como Italia hace poco más de una semana, hoy mira a Italia, cerrada a cal y canto, y teme que haya bulos premonitorios, o noticias que parecen increíbles un día y muy factibles al siguiente. ¡Quién le iba a decir a los periodistas que acabarían pidiendo ruedas de prensa en plasma y mandando las preguntas por whatsapp!

Nueva estructura del Ministerio de Sanidad

Entre tanto drama, ha quedado eclipsadísima la que en otros tiempos sería una noticia relevante en el sector. El Consejo de Ministros ha aprobado la nueva estructura del Ministerio de Sanidad. Aquí también el coronavirus ha tenido su protagonismo. El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), que dirige Fernando Simón, sale reforzado y se le da el rango de Subdirección General. Más allá de lo que pase en los próximos días y semanas, es de justicia. Simón ya consiguió el nivel 30 como funcionario (el máximo de la Administración) tras la crisis del ébola en 2014. “Quemarse” ante la prensa, con jornadas maratonianas, noches y fines de semana incluidos, bien lo merece. Ahora cabe esperar que, con su ayuda y la de todos los expertos en Salud Pública del Ministerio y las CC AA, además de con los profesionales sanitarios clínicos, seamos capaces de superar esta crisis y que, en el futuro, las personas que lideren el CCAES sigan siendo técnicos, no políticos, pese al aumento de rango.

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