Las soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) están mejorando la atención sanitaria. De hecho, los algoritmos inteligentes están ahí para complementar las tareas de los profesionales en muchos campos, como el diagnóstico, el análisis de imágenes y el apoyo a la toma de decisiones, la optimización del flujo de trabajo clínico o de los recursos hospitalarios, la previsión, el descubrimiento de fármacos y la medicina de precisión.
Según los expertos, en unos 10 o 15 años el uso de la IA en la práctica clínica será totalmente rutinario. Sin embargo, nunca habrá una situación en la que la automatización, ya sea un robot o un algoritmo, ocupe el lugar de un médico.
¿Por qué?
1. La empatía
Los algoritmos no pueden reemplazar la empatía, ni siquiera imitarla. A través de la compasión el ser humano genera confianza, algo fundamental en la relación médico-paciente. Se trata de escuchar a la otra persona, prestar atención a sus necesidades, expresar el sentimiento de comprensión y responder de una manera comprensible, algo intrínseco al ser humano.
2. Los diagnósticos no son lineales
Los datos, las mediciones y el análisis cuantitativo son una parte crucial del trabajo de un médico y lo será aún más en el futuro. Sin embargo, establecer un diagnóstico y tratar a un paciente no son procesos lineales: se necesita creatividad y habilidades para resolver problemas que los algoritmos y los robots nunca tendrán, pues los pacientes y sus estilos de vida varían en la medida en que las personas difieren. Por tanto, ningún caso es igual y se necesitan las capacidades del ser humano para llevar a cabo un diagnóstico adecuado.
3. Las tecnologías digitales complejas requieren profesionales competentes
Las soluciones de salud digital, cada vez más sofisticadas, requerirán la competencia de profesionales sanitarios cualificados. Ningún robot o algoritmo podría interpretar desafíos complejos que involucren la psique. Si bien proporcionarán los datos, la interpretación siempre será un territorio humano.
Con todo ello, observamos que nunca ha sido tecnología versus humanos, ya que las innovaciones tecnológicas siempre tienen el propósito de ayudar a las personas. De hecho, las soluciones basadas en inteligencia artificial reemplazarán a los recursos humanos en trabajos médicos que en muchas ocasiones pueden no llegar a gustar: Administración, gráficos, desinfección de espacios hospitalarios, etc.
Así, la colaboración entre humanos y tecnología es la respuesta definitiva.