Tras un inicio de otoño más caluroso de lo normal, las últimas semanas han traído consigo una bajada de temperaturas y aumento de la humedad y del viento más propios de estas fechas, pero también el regreso de un grupo de enfermedades que reviven y toman fuerza con la llegada del clima otoñal.
Los virus respiratorios como la gripe o la COVID-19 son los primeros en hacer acto de presencia ya que tienen mayor tasa de propagación por las bajas temperaturas, además de resfriados, que implican síntomas como moqueo, tos o estornudos, entre otros. De mayor gravedad son las bronquitis (inflamación de los bronquios) y neumonías (infección del pulmón), que también se incrementan durante este periodo.
Precisamente, este domingo 12 de noviembre se ha celebrado el Día Mundial de la Neumonía, una enfermedad que causa 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo y que provoca más de 100.000 hospitalizaciones anuales en España, siendo la principal causa de muerte infecciosa, y que incluye síntomas como la fiebre, escalofríos, tos, dolor torácico, dolores musculares o de cabeza, entre otros.
Al tratarse de una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones, esta patología aumenta con la llegada del frío, ya que los virus y bacterias que la provocan tienen su mayor incidencia en otoño e invierno debido a temperaturas más bajas y menos horas de sol. Además, afecta especialmente a los grupos de edad de niños menores de 5 años y adultos mayores de 60 años, así como a personas con enfermedades crónicas con inmunodepresión, por lo que es especialmente importante tener más cuidado en estos casos.
Enfermedades respiratorias, reumáticas y mucho más
Las patologías reumáticas son otro grupo de enfermedades que tiene su punto álgido durante el otoño, ya que los cambios de presión atmosférica propios de la nueva estación afectan a las articulaciones y aumentan la sensación de dolor y rigidez. Estas enfermedades reumáticas tienen una alta prevalencia entre la población, ya que se estima que 1 de cada 4 personas mayores de 20 años en España padece alguna patología de este tipo, lo que supone cerca de 11 millones de personas afectadas.
Más allá de las enfermedades respiratorias y reumáticas, también son frecuentes en estas fechas otras como las alergias y las dermatitis debido a la proliferación de ácaros, que repuntan por el aumento de la humedad; o la astenia otoñal, un trastorno psico-físico que implica cansancio, tristeza, apatía o debilidad provocados por los problemas para adaptarse a cambios estacionales como la reducción de las horas con luz natural, la bajada de temperaturas, o la vuelta a la rutina tras el periodo estival.
En todos estos casos, la prevención resulta esencial, a través de acciones como: evitar exponerse al frío de corrientes de aire, lavarse las manos frecuentemente y mantener los espacios limpios y ventilados, y, especialmente, la vacunación en grupos de riesgo en el caso de la prevención de enfermedades y virus respiratorios; o la aplicación de calor local en las zonas afectadas, la práctica de ejercicio o seguir una alimentación saludable, en el caso de las enfermedades reumáticas.
En BERBĒS nos preocupamos por la salud de las personas que forman nuestro equipo y, además, como agencia líder en comunicación especializada en salud, estamos firmemente comprometidos con las campañas e iniciativas que dan visibilidad y ayudan a la prevención en torno a los problemas de salud y enfermedades de nuestro entorno.