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BĒ Inspiración

Un premio merecido que no debería quedarse en un gesto

By junio 5, 2020No Comments

Premio a la Concordia 2020

“Los profesionales sanitarios españoles en contacto directo con los pacientes afectados por la COVID-19 conforman la primera línea en la lucha contra esta enfermedad en nuestro país y han demostrado, desde que empezó esta emergencia sanitaria, un encomiable nivel de profesionalidad y compromiso”. Así explica la Fundación Princesa de Asturias la concesión del Premio a la Concordia este año 2020. “Expuestos a una alta y agresiva carga viral, su entrega incondicional, haciendo frente a largas jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados”, señala la Fundación, “representa un ejercicio de vocación de servicio y de ejemplaridad ciudadana”. Pocos argumentos más hacen falta para defender un galardón merecido y que, este año, se asegura el consenso más amplio de la sociedad. Esta semana se ha anunciado este reconocimiento para quienes llevan prácticamente todo lo que va de año luchando contra un enemigo nuevo, invisible, y con un poder destructivo desconocido hasta ahora.

Aún no está claro quién lo recogerá, y esto lleva a una reflexión: cuando se premia a todos, a un colectivo, se puede caer en la paradoja de que ninguno se sienta premiado. Es evidente que los cientos de miles de médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y otros profesionales sanitarios de los hospitales y centros de salud de toda España no pueden acudir a la ceremonia juntos ni recibir en persona, de manos de la Princesa Leonor, el galardón. Pero, sea cual sea la representación, sí hay una forma de que todos se sientan reconocidos: mantener el espíritu de los aplausos de las ocho de la tarde más allá de la pandemia, que los sanitarios puedan sentir el cariño y el reconocimiento de la sociedad, empezando, claro está, por las administraciones, que en la mayoría de los casos son sus empleadoras.

Renovación de contratos a personal sanitario

No es un buen comienzo conocer, en la misma semana en la que se hace público el fallo del Princesa de Asturias de la Concordia, que ninguno de los casi 40.000 profesionales sanitarios contratados por 13 CC AA vaya a renovar su contrato más allá de final de año. Tal y como ha denunciado el sindicato CSIF en “El Mundo”, las autonomías son más partidarias de hacer homenajes a los sanitarios que de estabilizar sus contratos. Un error, pues iniciativas que buscan expresar el reconocimiento de todos a quienes han cuidado a los afectados por la Covid-19, pueden tener el efecto contrario si los profesionales no cuentan con unas mínimas condiciones, y eso incluye los medios de protección, pero también la estabilidad y salarios dignos, porque pocas vocaciones resisten a no saber si el mes siguiente se va a tener un empleo.

Hacia la nueva normalidad

Mientras se resuelve todo lo relativo a los protagonistas de esta crisis, el resto, los actores de reparto de la pandemia, caminamos hacia la nueva normalidad, normalidad reforzada o hasta la “normalidad normal”, término que acuñó esta semana la ministra portavoz. La semana que viene arranca la que, con toda probabilidad, será la última prórroga del estado de alarma, habrá cambios de fase y, después, nos asomamos al abismo de la movilidad sin límites. El Gobierno ya ha anunciado que está elaborando un Decreto-ley (instrumento legal muy recurrente en estos casos) para regular esta etapa nueva.

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