A finales de noviembre y principios de diciembre, al calor del “Black Friday”, muchos ciudadanos adelantan sus compras para hacer regalos en Navidad. En Reino Unido, el que se ha adelantado ha sido el primer ministro, Boris Johnson, que (Brexit mediante) será el primer dirigente occidental en vacunar a sus ciudadanos contra la COVID-19. Será una especie de regalo de Santa Claus, pues la previsión es que, en pocos días, justo antes de las Fiestas, se empiece a inmunizar a personas mayores y personal sociosanitario.
Lo ha anunciado tras la aprobación de la agencia reguladora británica, que ahora es independiente y se ha adelantado a la UE y a EE UU, de una de las primeras vacunas que han completado los ensayos en fase 3. Mientras, la EMA esperará hasta el 29 de diciembre para aprobarla, cuando, explican, contarán con todas las garantías de seguridad. Pero algunos países europeos, como Hungría, también prefieren adelantarse y pondrán la vacuna rusa, Sputnik V, a sus ciudadanos, bajo su responsabilidad al no contar aún con la aprobación de las autoridades sanitarias europeas.
Al menos las prisas de algunos Gobiernos por vacunar a sus ciudadanos podrían servir para hacer ver a los escépticos que la ciencia es la única baza para salir de la pandemia, y que las vacunas salvan vidas hoy y lo harán en el futuro.
Plan de Navidad de Sanidad
En España, con la llegada de la vacuna prevista para cuando ya se hayan marchado los Reyes Magos, con lo que estamos es con el Plan de Navidad del Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas. Ya se sabe: comidas y cenas de 10 personas máximo, niños incluidos, viajes sólo para ver a los allegados (el concepto está por definir), mayores con PCR negativa antes y después de salir de la residencia para cenar con la familia y toque de queda a las 1.30 el 24 y el 31 de diciembre. Ni cabalgatas ni eventos multitudinarios. Y, si es posible, sin nada de lo anterior, cada uno en su burbuja y sus convivientes, el que los tuviere.
Este plan, aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud este miércoles es, más o menos, el que se preveía. Y, como también era previsible, ha sido el detonante del enésimo desacuerdo entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid, que esta semana ha inaugurado el Hospital Enfermera Isabel Zendal, también con polémica sobre su utilidad, su dotación, los sanitarios con los que va a contar… En fin, más de lo mismo al inicio de otro puente con confinamiento perimetral. A la fatiga pandémica se une, en muchos, la fatiga política.