Covid-19
El Covid-19, el flamante nuevo nombre que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha bautizado al nuevo coronavirus chino, es un ente microscópico, pero una amenaza de dimensiones globales. Y no sólo para la salud humana, sino también para la economía mundial, como ha quedado demostrado esta semana.
Mobile World Congress
Tras una cascada de cancelaciones de grandes empresas, los organizadores del Mobile World Congress de Barcelona anunciaron finalmente el pasado miércoles que cancelaban el evento. El motivo, el coronavirus. De poco sirvieron los intentos de las autoridades sanitarias, encabezadas por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y por la consejera de Salud de Cataluña, Alba Vergès, para quitar hierro al asunto. Queda claro que el coronavirus es capaz de hacer tambalearse a gigantes tecnológicos; también, que un acontecimiento como el Mobile, con lo que supone en inversión, empleo e imagen, hace que instituciones con grandes diferencias políticas, como el Gobierno y la Generalitat de Cataluña, se pongan de acuerdo a toda velocidad para hacer llamadas a la calma frente a la amenaza microscópica que viene de China. Y lo que cada vez es más evidente es que en la cancelación del gran evento de la telefonía móvil subyacen otros factores, habida cuenta de que en varias ciudades europeas se están celebrando congresos de tamaño similar sin miedo al Covid-19.
La eutanasia
Esta semana también hemos conocido la fecha de las elecciones autonómicas vascas y gallegas, el 5 de abril, una cita en la que a buen seguro la sanidad estará muy presente. También en los últimos días se ha retomado de pleno la actividad parlamentaria, después de un año en el que el Gobierno no ha tenido que someterse a preguntas de la oposición en el Congreso ni en el Senado. Precisamente los diputados han vuelto al trabajo “a tiempo completo” con un tema sanitario de calado: la eutanasia. Este asunto ha permitido reestrenarse ante los focos a un viejo conocido en el sector sanitario, el “popular” José Ignacio Echániz. La hasta hace un mes ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, presentó la proposición de ley para regular la “muerte digna” y Echániz, por parte de la oposición, se encargó de darle la réplica. Utilizó para ello un tono y unos argumentos que no han servido para echar atrás el proyecto, pero sí para recordar que el que fuera consejero de Sanidad en Madrid y en Castilla-La Mancha es un imán para la polémica. La tramitación de la ley, y el período de sesiones en el Parlamento, no han hecho más que empezar, así que volveremos a ver al exconsejero, con su inconfundible estilo, en acción.