En términos generales, un tercio del tiempo total de nuestro día lo dedicamos a estar en el trabajo. Unas ocho horas en las que contar con una buena salud es clave para poder desarrollar nuestra actividad de manera eficiente. Por lo tanto, parece lógico pensar que esto debe ser una preocupación para empleados y empresarios. Por eso, este jueves, 28 de abril, celebramos el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo analizando cómo la situación actual ha afectado a nuestra visión de esta realidad.
La pandemia de Covid-19 ha supuesto, sin duda, un punto de inflexión en la importancia que todos los agentes sociales están dando a la preservación de la salud en el puesto de trabajo. Tal y como reconoce la ONU, “nos hemos dado cuenta de que contar con un sistema de seguridad y salud en el trabajo (SST) sólido ha sido decisivo para proteger los entornos de trabajo y salvaguardar la seguridad y la salud de los trabajadores”. Un sistema sólido que, por supuesto, depende de la colaboración de instituciones públicas, empleadores y trabajadores.
La Covid-19, un punto de inflexión
Según la monitorización realizada por COSMO-SPAIN del comportamiento y las actitudes de la población relacionadas con la Covid-19 en España, en mayo de 2020 –tan sólo dos meses después del comienzo de la pandemia-, la mayoría de los encuestados consideraban esta enfermedad grave o muy grave. Además, entre los espacios donde consideraban que era más probable que se contagiasen se encontraba el lugar de trabajo; junto a los supermercados y el transporte público. Una concepción que era predominante entre los participantes de esta monitorización, incluso, cuando gran parte de la sociedad no acudía a sus puestos de trabajo y realizaba sus tareas de forma telemática.
Casi dos años después, en febrero de 2022, su percepción del riesgo que supone la Covid-19 ha disminuido y, en este caso, el lugar de trabajo ya no está entre los espacios donde temen contagiarse. Sin embargo, el transporte público, que es uno de los medios por los que una parte de los trabajadores acuden a sus puestos, sigue siendo uno de los más preocupantes para ellos.
Sin mascarilla en el trabajo
Dos meses más tarde de esta última monitorización de COSMO-SPAIN hemos sido testigos del fin de las mascarillas en interiores; lo que ha supuesto, sin duda, un nuevo punto de inflexión en el cuidado de la salud de los empleados. En este sentido, ya ha habido varias empresas que se han pronunciado al respecto, en dos claras líneas de actuación: mantener las mascarillas, por un lado; y dejar a la elección de los trabajadores su uso; por otro. En BERBĒS hemos apostado por la primera opción. Y es que, en nuestros 25 años de historia, siempre nos hemos preocupado por la salud de nuestros empleados, partners y clientes.
Una respuesta de las compañías que ha llevado también al Ministerio de Sanidad a publicar una guía que las empresas deben tener en cuenta para seguir protegiendo la salud de los empleados en sus puestos de trabajo; donde desatacan la importancia de variables ya conocidas como la ventilación adecuada del espacio, el nivel de ocupación, el mantenimiento de distancia interpersonal o la vigilancia más exhaustiva de las medidas ante la existencia de personas vulnerables en el espacio. Además, en el documento se señala que “los servicios de prevención de riesgos laborales asesorarán al empresario o empresaria y se debe recabar la opinión de responsables, mandos intermedios y representantes de las personas trabajadoras”.
Un futuro incierto
¿Estamos entonces ante una nueva concepción de la seguridad y salud en el trabajo? En este sentido, tendremos que esperar para ver el desarrollo de los acontecimientos, qué consecuencias se derivan del fin de las mascarillas en interiores y si esto afecta a la percepción que tenemos de la salud en el trabajo. Lo que sí parece estar claro es que, como se recoge en la guía publicada por el Ministerio, se seguirá necesitando un consenso entre agentes sociales, empresarios y trabajadores para la búsqueda de un bien común.