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Comenzamos un nuevo año y con él la incertidumbre de si nos enfrentaremos a una gran pandemia como la ya vivida en 2020. La COVID-19 surgió sin avisar, se propagó a nivel mundial y mató a millones de personas. Desde entonces, las autoridades sanitarias y la sociedad están mucho más alerta ante la aparición de la próxima pandemia, ya sea provocada por un virus, una bacteria, un hongo o un parásito.

El 2025 ha comenzado con la alerta del aumento de infecciones respiratorias agudas, por encima de lo habitual que ha lanzado la Organización Mundial de la Salud en los últimos días. En concreto, los medios han puesto el interés en los casos de hMPV en China con informaciones acerca de la saturación de los hospitales en el gigante asiático. Inevitablemente estas noticias nos hacen recordar la pandemia de COVID-19, pero ¿realmente debemos preocuparnos por este virus?

El metapneumovirus humano (hMPV, por sus siglas en inglés) se trata de un patógeno estacional con un pico de casos en los meses de invierno. La buena noticia es que no estamos ante un virus nuevo. Según explica la OMS, “el hMPV es un virus respiratorio común que circula en muchos países desde el invierno hasta la primavera. Si bien algunos casos pueden ser hospitalizados con bronquitis o neumonía, la mayoría de las personas infectadas con hMPV tienen síntomas leves de las vías respiratorias superiores similares a los del resfriado común y se recuperan después de unos días”. En el caso de España las autoridades no creen que el hMPV suponga un problema para nuestro Sistema Nacional de Salud al tratarse de un virus que no causa una sintomatología grave.

Continuando con las posibles alertas sanitarias de este 2025, los responsables de salud pública siguen muy de cerca la evolución de la gripe A y su subtipo H5N1, comúnmente conocida como “gripe aviar”. Se trata de un virus muy extendido entre las aves tanto domésticas como silvestres existiendo el riesgo de que pueda saltar a los humanos. La buena noticia es que la gripe aviar H5N1 no parece transmitirse de persona a persona lo que reduciría la posibilidad de provocar una pandemia tal y como la conocemos. Sin embargo, un estudio reciente ha demostrado que una única mutación en el genoma de la gripe podría hacer que el H5N1 fuera capaz de propagarse de humano a humano, lo que podría desencadenar una pandemia. Además, es importante destacar que la gripe aviar tiene una tasa de mortalidad del 30 % por infecciones humanas por lo que es normal que esté entre las prioridades de los responsables de salud pública.

Desde la pandemia de la COVID19, los centros de control de enfermedades de todo el mundo han trabajado en planes de preparación para pandemias, para la gripe aviar y para otras posibles enfermedades que puedan surgir. Por lo que, los gobiernos deben estar preparados para actuar rápidamente y controlar la propagación de cualquier enfermedad contagiosa que pueda surgir.

Desde BERBĒS, como agencia especializada en salud, seguiremos muy de cerca la evolución de las posibles alertas sanitarias para poder informar de manera coherente y veraz.   

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