Hoy, 24 de marzo, se celebra en Día Mundial de la Tuberculosis, una de las enfermedades infecciosas más antiguas de la historia, causada por una bacteria, la Mycobacterium Tuberculosis.
La dolencia de los poetas
Si nos remontamos a la primera mitad del siglo XIX, época dorada del romanticismo en Europa, la apariencia que daba la tuberculosis era deseada por muchas mujeres -piel fina y pálida, rubor en las mejillas y la intensidad de los labios debido a la fiebre-, convirtiéndose en un canon de belleza que se impuso en aquella época.
Además, el desvarío y los delirios que provocaba esta enfermedad en sus estadios finales se asociaban con la máxima expresión de la creatividad artística. De hecho llegó a llamarse “la dolencia de los poetas” porque no había mayor aspiración para un escritor, pintor o compositor romántico que fallecer de tuberculosis.
Lamentablemente, existe una dilatada lista de artistas fallecidos por esta enfermedad en esa época: el poeta español Gustavo Adolfo Bécquer murió a los 34 años, el compositor polaco Frédéric Chopin falleció a los 39 años, Amedeo Modigliani, pintor italiano que vivió hasta los 36; y si nos remontamos al siglo XVII, el dramaturgo francés, conocido por su nombre artístico Moliére, desfalleció en escena mientras representaba su obra ‘El enfermo imaginario’.
Gracias al microbiólogo alemán, Robert Koch, que descubrió el bacilo que causaba la infección, esa mitificación comenzó a desaparecer en 1882. A partir de ese momento, se asoció la enfermedad con sus causas reales: condiciones de pobreza y de insalubridad.
La tuberculosis en el siglo XXI, ¿seremos capaces de ponerle fin?
Dos siglos después, tal día como hoy, se conmemora el día en el que el Dr. Robert Koch anunció que había descubierto la bacteria que provoca la tuberculosis, lo que posibilitó el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Según datos de 2020 de la OMS, cada día mueren casi 4.500 personas a causa de la tuberculosis y aproximadamente 30.000 personas contraen esta enfermedad prevenible y curable. Se calcula que los esfuerzos por luchar contra la tuberculosis han salvado 54 millones de vidas desde 2000 a nivel mundial.
Naciones Unidas celebró su primera reunión de alto nivel sobre la tuberculosis en septiembre de 2018, elevando el debate sobre la situación de la epidemia de tuberculosis y la forma de ponerle fin. El resultado fue una declaración política acordada por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, en la que se reafirmaron los compromisos existentes con los ODS y la Estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS y se adquirieron otros nuevos.
El objetivo 3.3 de los ODS incluye poner fin a la epidemia de tuberculosis para 2030. ¡Ojalá sea así!