Esta semana se cumple un año de la declaración del primer estado de alarma por la pandemia en España. Si hace doce meses el virus cambiaba nuestras vidas, ahora son las vacunas las que están en el centro del debate: nuevas aprobaciones, estimaciones sobre cuándo llegarán más dosis, qué podrán hacer los vacunados, cuándo se alcanzará la inmunidad de rebaño… y también las consecuencias de las vacunaciones antes de tiempo o fuera del protocolo. Estos días se ha visto que pueden tener un alcance mucho mayor del esperado.
Los “robavacunas” y el “botón nuclear”
En esta semana, casi por primera vez desde hace un año, el foco político no ha estado en la pandemia, sino en el terremoto político ocasionado en varias autonomías, con mociones de censura y adelantos electorales cuando se suponía que España afrontaba un largo período sin comicios a la vista. Pero, aunque a priori pueda parecer un asunto alejado del ámbito sanitario, en esta nueva normalidad que vivimos con la COVID-19, todo guarda relación con el que aún hoy es el principal problema que vive nuestro país, más allá de disputas políticas. Todo empezó en Murcia, con la alianza entre Ciudadanos y PSOE para arrebatar la presidencia de la Región al PP. Y uno de los argumentos esgrimidos fue el de los “robavacunas”, en palabras de la líder de Cs, Inés Arrimadas, en referencia al exconsejero Manuel Villegas y a los cargos de la Consejería de Sanidad que se vacunaron antes de tiempo. Este movimiento se trasladó 600 kilómetros en un instante y llevó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a convocar elecciones por sorpresa (pulsar el “botón nuclear”) para evitar una jugada similar en su gobierno. Minutos después, Más Madrid y PSOE presentaron sendas mociones de censura para terminar de armar un embrollo jurídico y político cuyo desenlace aún está por determinar.
Semana Santa, cerca de casa
Antes del seísmo político, la previsión era que la noticia del pasado miércoles fuera el acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y las CC AA sobre la Semana Santa. La intención era consensuar una postura común para evitar errores como los de la pasada Navidad. Al final hubo acuerdo, aunque Madrid votó en contra: todas las comunidades permanecerán cerradas perimetralmente no sólo en la Semana Santa, sino también en el próximo puente de San José, festivo en siete autonomías. Las excepciones, Baleares y Canarias. Sin embargo, el toque de queda no será a las 22, como se anunció, sino a las 23, y el número de comensales por mesa en terrazas no será cuatro, como inicialmente se comunicó, sino seis. Es decir, las mismas restricciones que ahora mismo tiene la Comunidad de Madrid.
Avances científicos
Y, en medio de restricciones y rifirrafes políticos, la esperanza la da, un año después del inicio de la pandemia, la ciencia. Esta semana ha habido importantes anuncios de aprobaciones de vacunas y de eficacia de tratamientos. Estas noticias son las que, en estos días de aniversario, permiten vislumbrar el futuro con algo más de optimismo que en 2020.