Las conocidas como ‘Fake News’ han sido uno de los objetivos de batalla prioritarios que combatir, especialmente durante los últimos meses, coincidiendo con la pandemia, y, lamentablemente, siguen protagonizando muchos titulares. Lejos de desaparecer, parece que las ‘fake’ se quedan, ahora también en forma de ‘Ads’, es decir, de publicidad falsa.
«¿Tú sabes por qué a mí se me entendió en todo el mundo? Por el acento. Y no solo me refiero a la forma de hablar…». Así revive Lola Flores en 2021 de la mano de Cruzcampo.
Gracias al ‘deepfake’, una técnica que permite recrear la apariencia o la voz de una persona mediante fotografías o audios ya existentes gracias al uso de la Inteligencia Artificial, han conseguido que una de las mayores influencers españolas del siglo pasado vuelva ahora al prime time para dirigirse a las nuevas generaciones. Y el resultado es muy realista.
Sí a la tecnología, pero, ¿hasta dónde? ¿Tenemos que acostumbrarnos a poner en tela de juicio todo lo que leemos, oímos y ahora también vemos? Este nuevo anuncio reabre el debate sobre la difusión de vídeos falsos para seguir alimentando al monstruo de la desinformación.
Y es que hacer este tipo de vídeos está al alcance casi de cualquiera. ¡Hasta existen tutoriales y diferentes apps! Cuando la finalidad es dañar la imagen de otra persona o engañar al consumidor, los ‘deepfakes’ son sinónimo de problemas políticos, judiciales o sociales. Tan serio es que los gigantes Facebook, Microsoft y Amazon están detrás de una herramienta para su detección a través de Inteligencia Artificial. De hecho, la red social de Zuckerberg ya ha prohibido este tipo de contenido.
En nuestro día a día, además de seguir proliferando medios especializados en desmontar bulos y ‘fake news’ que circulan por la red, muchas redacciones están incorporando medidas de verificación y ofreciendo formación a sus trabajadores también en Inteligencia Artificial para detectar ‘deepfakes’.
Mientras, todos podemos aportar nuestro granito de arena para combatir estos contenidos falsos y evitar su propagación, cuando las intenciones no son buenas. Los expertos aconsejan que lo primero sea siempre verificar la fuente: ¿quién lo ha enviado? Y preguntarse si es fiable. ¿Cómo? Rastreando dónde se ha compartido por primera vez y quién lo ha publicado.
Lo dicho, ¿ver para creer?